Por Paula Noguera, fundadora de Reverentia Consultora y Rosario Frávega, fundadora de Frávega & Asociados

Hoy en día la inclusión y el bienestar en el lugar de trabajo se han vuelto un imperativo, por lo que debemos destacar la importancia de abordar este tema de manera proactiva. Uno de los mitos más persistentes es la idea de que la violencia en el trabajo es un problema aislado o poco común cuando, en realidad, afecta a una amplia gama de industrias y sectores. Otro mito es la creencia de que la violencia laboral se limita a la violencia física, ignorando formas más sutiles pero igualmente dañinas de acoso y discriminación.

Para combatir estos mitos es esencial comprender cómo el bienestar organizacional puede ser una herramienta efectiva para prevenir la violencia en el trabajo. El bienestar no se trata solo de ofrecer gimnasios en el lugar de trabajo o días libres adicionales, sino de crear una cultura organizacional que fomente la inclusión, la comunicación abierta y el respeto mutuo. Existen programas de formación como el ofrecido por Frávega & Asociados y Reverentia Consultora, donde las organizaciones pueden capacitar a las personas que trabajan en la identificación y gestión de situaciones de violencia, así como en la promoción de un entorno laboral saludable y seguro.

Sin embargo, reconocemos que abordar la violencia laboral no es tarea fácil. El rol de los equipos de recursos humanos y los programas de atención de denuncias es crucial en este sentido. Estos equipos se deben preparar para escuchar, apoyar y tomar medidas adecuadas en respuesta a las denuncias de violencia, asegurando la confidencialidad y la imparcialidad en todo momento. Los desafíos incluyen garantizar que las políticas y procedimientos sean claros y accesibles, y que haya una cultura de confianza y transparencia en toda la organización.

Erradicar la violencia laboral no es solo una responsabilidad ética, sino también una estrategia empresarial inteligente. Las organizaciones que priorizan el bienestar de sus empleados no sólo promueven un ambiente laboral más saludable y productivo, sino que también fortalecen su reputación y atractivo. Al desmontar mitos, priorizar el bienestar y abordar activamente la violencia en el trabajo, podemos construir un futuro laboral más seguro, equitativo y satisfactorio para todas las personas.