Goyo: el detrás de escena de una película que desafía los estereotipos sobre la neurodiversidad

Por Stephanie Simonetta

Goyo, dirigida por Marcos Carnevale y protagonizada por Nicolás Furtado y Nancy Dupláa, cuenta la historia de amor entre un joven dentro del espectro autista y una mujer separada. Denise Shocrón -psicóloga con formación en artes, en género y responsable de relaciones institucionales en Fundación Discar- tuvo un rol activo asesorando en distintas instancias de la película en su abordaje sobre la neurodiversidad. En conversación con Diversa, detalla cómo Goyo desafía mitos persistentes sobre este tema y explica cómo el proceso incluyó la colaboración con organizaciones referentes y personas del espectro, la integración de sus experiencias y la creación de un entorno inclusivo tanto frente como detrás de las cámaras.

¿Cómo fue el proceso de asesoramiento en la película? ¿Cómo se involucraron las distintas organizaciones que trabajan en discapacidad y neurodiversidad?

Yo había trabajado con Marcos Carnevale en Anita, otra película, en 2009. Como tengo una formación en arte, era profesora de teatro de Alejandra Manzo, la actriz que hacía de Anita. Ahí mi trabajo fue más por el lado de cochear a la protagonista. Hace dos años más o menos me contactó Marcos, que venía escribiendo el guion de Goyo y me preguntó si lo podía leer, que le diera mi impresión de lo que veía y qué podía aportar en relación a la neurodiversidad como característica del protagonista. Así que ahí empiezo a compartirle algunas impresiones y me pide que me sume al proyecto.

El trabajo se dividió en varias cuestiones. Hicimos trabajo de mesa, ahí yo aporté un poco desde lo teórico, pero además lo que me parecía importante era involucrar a las personas con neurodiversidad para hablar de sí mismas. Como dice la frase: “nada de nosotros sin nosotros”, un lema que atraviesa a distintos colectivos. Así que en esa línea, de lo que me ocupé es de acercarles la voz de personas con autismo. Testimonios para que también Nicolás Furtado, el protagonista de Goyo, pudiera tomar algo de su esencia.

Desde mi rol de Relaciones Institucionales en Discar, tengo contacto con diferentes organizaciones. Lo que hice fue acercar a estas organizaciones para que también pudieran dar el aval, compartir sus experiencias, intercambiar con Marcos. Por ejemplo, una de las cuestiones que aparece es poder distinguir que esto no es una discapacidad, la neurodiversidad es una condición, la condición del espectro autista o el trastorno del espectro autista. Y después, como aparece nombrado en la película, el Asperger. Ahí, poder escuchar a la gente de la Liga Asperger 7, que tiene su opinión respecto de por qué seguir hablando de Asperger en una época donde el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales ya no habla de esto, sino que lo engloba todo dentro del autismo.

Lo interesante es sumar voces para hacer una construcción, que como es una construcción para el cine, es un recorte y no se puede abarcar todo, sobre todo en la condición del espectro autista, que lo que tiene por característica es lo diverso, o sea, es sumamente amplio. Es un espectro donde podés encontrar personas no hablantes y personas que quizás hayan tenido una formación o acceso a la universidad, como puede ser el caso de Goyo.

Luego de eso, otra de las líneas de trabajo tuvo que ver con buscar jóvenes y adultos con discapacidad o con la condición del espectro para que se sumaran a alguna de las escenas. Así que ahí se armó un elenco muy lindo donde ellos trabajaron. Fue un trabajo de dos días de rodaje, como extras calificados, y el papel de Augusto en su rol de personaje secundario.

¿Cómo fue el clima de trabajo en el rodaje y con las personas con discapacidad y neurodiversas?

Fue un clima súper bueno, de mucha receptividad, desde antes del rodaje. La verdad que abrazaron muy amorosamente toda la información que se aportó para la construcción del personaje, tomando los puntos de vista, las experiencias, los testimoniales. Hubo principalmente dos personas del espectro autista que aportaron su testimonio de vida, fue hermoso el trabajo en ese sentido.

Y después, durante el rodaje, también hubo un clima de mucho sostén, de estar muy atentos y pendientes a si había mucho ruido, si era necesario un descanso, si tenían su espacio reservado los jóvenes que hicieron de extras para poder tomarse sus tiempos. Realmente la película es un reflejo de lo que fue detrás de escena.

Una de las cuestiones que fue súper interesante trabajar con el equipo de rodaje fue que pudieran confiar en que las personas que se iban a sumergir a la pileta sabían nadar, que son adultos responsables, autónomos, porque había un deseo de poder cuidarlos y tratar de entender qué era lo que ellos necesitaban. Y lo cierto es que entre esos jóvenes y adultos había, por ejemplo, jóvenes de la Fundación de FADDIM (Federación Argentina de Deportes para personas con Discapacidad Intelectual) que son deportistas de alto rendimiento. Eso fue un poco de mi injerencia dentro de la película.

La película desmitifica dos grandes temas vinculados a la neurodiversidad: la inserción laboral y la sexualidad. ¿Cómo fue el trabajo ahí? ¿A qué apuntaron?

Marcos tenía la intención de contar una historia de amor más allá de las etiquetas. Creo que es interesante lo que plantea respecto a romper los prejuicios que existen en torno a la discapacidad o la neurodiversidad y la sexualidad.

Por ejemplo, uno de los mitos es la infantilización, pensar que las personas son asexuadas, que no hay interés. Igual cuando hablamos de sexualidad, en términos amplios, abarca un montón de cosas de la vida de una persona que tiene que ver con sus intereses, sus deseos, sus preferencias. Ahora, en la película aparece esto y también aparece específicamente el encuentro sexual entre dos personas. En ese sentido, creo que viene a desmitificar un poco esta creencia de que las personas con alguna condición no tienen interés o deseo sexual.

Y por otro lado, lo del trabajo también viene a poner sobre la mesa la posibilidad de ver a las personas, sea cual sea la condición que tengan, como sujetos de derecho al acceso al pleno empleo. En el caso de Goyo, es una persona que había accedido a la universidad y tenía pleno conocimiento cuando muestra sus obras de arte, las relata, con lo cual es una persona que tranquilamente podía estar ejerciendo esa tarea en ese puesto de trabajo.

Y ahí otra de las cuestiones que trae súper interesantes es pensar una pregunta frecuente que aparece en las empresas: ¿qué tenemos que tener en cuenta a la hora de contratar?, ¿qué cambios tenemos que hacer en el espacio de trabajo? y suelen pensarlo en términos de barreras edilicias, arquitectónicas. En el caso de Goyo se ve con claridad que, siendo el Museo de Bellas Artes, no hay grandes modificaciones que haya que hacer, sino que lo que sí hay que tener en cuenta son las modificaciones actitudinales, las barreras mentales que nos ponemos, que tienen que ver con los miedos o con los prejuicios respecto de incluir una persona que plantea alguna característica diferente. Y obviamente que tiene que haber ajustes para que la persona pueda manejarse en su ámbito laboral. Son ajustes razonables, nunca excepcionales, considerando las necesidades del puesto.

En la película aparecen las distintas formas de la sociedad para vincularse con personas neurodiversas encarnadas en diferentes miembros de la familia. ¿Qué se propusieron con esto?

Sí, ésta es otra de las cosas que Marcos se propuso mostrar. Cómo a nivel social, frente a una particularidad que pueda presentar una persona, cada uno responde de una manera diferente.

En el caso de Goyo, esto se ve con mucha claridad: un hermano que lo potencia, que le alimenta su deseo, que le da herramientas para ir al encuentro de ese deseo. Y una hermana sobreprotectora, con todo lo que esto implica, que tiene que ver con los miedos. Muchas veces, cuando se trata de llevar la diversidad a las compañías, una de las cosas que se trabaja puntualmente tiene que ver con ese miedo, que en realidad es desconocimiento. Un prejuicio responde a que en realidad hay un miedo. Y ese miedo, ¿cómo se combate? con información.

Lo interesante es eso: cómo dentro de esa familia uno tiene un ejemplo muy claro de cómo funcionamos como sociedad frente a lo diverso, sin entender que la diversidad es inevitable, todas las personas somos diferentes. La propuesta de la película esno quedarnos solo anclados en la diversidad, sino ir al encuentro de la inclusión, habilitar, levantar esas barreras permitiendo que cada persona despliegue ese potencial que tiene.