OLA: la red que une a las Marchas del Orgullo de 15 países

Por Fernando Villalba
En Latinoamérica perdura una cultura de movilización de la diversidad que, en tiempos pronunciadamente hostiles, lejos de replegarse, resiste y avanza. Eso es lo que ocurre ahora mismo, con los cientos de crímenes de odio por año, la prohibición del uso de baños públicos para personas trans en Perú o el reciente ataque homoodiante en Buenos Aires a Juan Sabín, un joven de 24 años sometido a una golpiza que lo dejó con una fractura doble de mandíbula. En un escenario complejo, el orgullo se alza y reúne a millones de personas que salen a la calle para visibilizar sus existencias.
Es en este contexto que, un año atrás, emergió en Medellín Orgullo Latinoamérica (OLA), una red de cooperación entre Marchas del Orgullo y activistas de toda América Latina y el Caribe. Su propósito: impulsar la visibilidad, fortalecer la representación política yapoyar los eventos regionales de cada país.
Actualmente, es María Rachid quien preside OLA. Rachid es titular del Instituto contra la Discriminación de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y también presidenta de la Federación Argentina LGBT+. En diálogo con Diversa, explicó que la misión principal de OLA es la de “mantener en contacto a las organizaciones y comisiones que organizan las marchas en todo el territorio para intercambiar experiencias, información y fortalecerse unas a otras”. Y es que estos eventos, “masivos o pequeños, son tan importantes para nuestra comunidad porque, a partir de ellos, hemos logrado el reconocimiento de derechos en muchos lugares del mundo”.

Sin embargo, realizar una Marcha del Orgullo –especialmente tan masiva como la de Buenos Aires, que en 2024 reunió a un millón y medio de personas–, lleva una organización importante. En algunos países las marchas son financiadas por el Estado, en otros por empresas y, como es el caso de Argentina, otras son principalmente impulsadas por organizaciones sociales, con apoyo estatal y privado.
Rachid considera que el modelo de gestión híbrido argentino tiene sentido: la sociedad civil es el motor, pero cuenta con la colaboración de los demás sectores: “El Estado debe apoyar, contribuir y colaborar para fortalecer la visibilidad de las organizaciones y del colectivo en favor del reconocimiento de nuestros derechos, pero me parece esencial que el hilo conductor y quienes definan los mensajes y los discursos de estos eventos sea la sociedad civil, para que estas reivindicaciones sean fieles a los intereses de la comunidad LGBT”.
Por otra parte, resalta que “el papel de las empresas de la marcha, por supuesto, es muy importante. Desearíamos que tuvieran una participación más activa y mayor presencia. En las últimas estuvieron presentes algunas compañías muy importantes, como Jean-Paul Gaultier, Sprite, Colgate, Maybelline, Warner, Sony…”.

Al mismo tiempo, advierte: “Consideramos que deberían ser muchas más, y ojalá su interés en la marcha se multiplique: estamos en un momento en el que algunos discursos políticos desalientan la participación del sector privado en eventos de diversidad”. Y agrega: “Es lamentable, pero estos discursos no deberían tener influencia en el accionar de las empresas. Por lo tanto, esperamos que, más allá de eso, quieran seguir participando y que todos los años se sumen más”.
Por lo pronto, OLA empezó con una representación de más de 15 países de la región y trabaja hombro con hombro para hacer nexo entre organizaciones, activistas, empresas y los estados de cada país en busca de mayor apoyo.
Para junio de 2027, ya anunciaron que se realizará el primer Orgullo Panamericano, un evento continental que se realizará cada dos años y que viene con una propuesta de unidad para todas las comunidades, desde Canadá a la Argentina. La sede inaugural será Guadalajara, México, en reconocimiento de su enorme trayectoria de lucha colectiva.