La tecnología como aliada de la diversidad

especialista en políticas públicas, transformación digital y diversidad.
Por Valentina Waisman, especialista en políticas públicas, transformación digital y diversidad.
El desafío de integrar inclusión con innovación
La transformación digital está redefiniendo la forma de producir, trabajar y liderar. Más allá de su impacto en la eficiencia y la competitividad, la digitalización representa una oportunidad estratégica para impulsar entornos laborales más inclusivos, equitativos y diversos. En este contexto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Unión Industrial Argentina (UIA) elaboraron el informe
“Transformación digital inclusiva y diversa: aprendizajes y buenas prácticas en Argentina” (2025), el primer estudio enfocado en el sector privado argentino que analiza cómo la incorporación de tecnologías 4.0 puede contribuir a reducir barreras estructurales de género y fomentar una transformación cultural más inclusiva y diversa.

A pesar del avance tecnológico, persisten desafíos estructurales significativos. A nivel global, la participación de las mujeres en sectores como inteligencia artificial y en las disciplinas STEM sigue siendo limitada -representan solo el 22% y el 28% respectivamente según datos del Foro Económico Mundial (2018; 2023)-, y apenas el 14% ocupa roles de liderazgo en el sector tecnológico (Statista, 2023).
En América Latina, menos de un tercio de quienes trabajan en ciencia y tecnología son mujeres (CIPPEC, 2021). Además, solo uno de cada tres países de la región incorpora la perspectiva de género y diversidad en sus políticas digitales (BID, 2022), lo que evidencia la necesidad urgente de promover el acceso temprano de mujeres y diversidades a estos campos. Esta brecha no solo representa una cuestión de justicia social, sino también una pérdida de talento, innovación y competitividad.
No obstante, las tecnologías 4.0 -automatización, inteligencia artificial, Big Data- están emergiendo como herramientas clave para rediseñar entornos laborales con perspectiva inclusiva. Cuando se integran con un enfoque de género y diversidad, estas tecnologías permiten facilitar la conciliación entre vida laboral y personal, mitigar sesgos en procesos de selección, ampliar el acceso de mujeres a sectores tradicionalmente masculinizados y fomentar culturas organizacionales más equitativas. Así, la diversidad se convierte en un motor de innovación, competitividad y sostenibilidad.
Brechas persistentes y oportunidades emergentes

Este estudio evidencia que la mayoría de las empresas argentinas encuestadas están avanzando en la implementación de la transformación digital (66%), pero la integración de la diversidad en estos procesos sigue siendo limitada. De las 122 empresas relevadas, solo el 16 % cuenta con paridad de género en sus equipos tecnológicos, y el 54 % no incorpora una perspectiva de género y diversidad en sus proyectos digitales.
El tamaño de la empresa marca una diferencia sustancial. Mientras que las empresas medianas y grandes lideran en adopción de tecnologías complejas, las compañías más pequeñas muestran mayor inclusión femenina. Sin embargo, apenas el 21% de las empresas relevadas tiene una estructura interna para supervisar políticas de diversidad e inclusión.
Frente a este panorama, el estudio documenta experiencias empresariales que demuestran cómo la transformación digital puede ser una herramienta efectiva para cerrar brechas de género y diversidad. Entre las prácticas destacadas se encuentran:
- Automatización de procesos productivos y transformación de perfiles laborales con impacto inclusivo. La incorporación de tecnologías 4.0 está transformando los perfiles laborales y ampliando el acceso de mujeres y diversidades a puestos tradicionalmente masculinizados, al eliminar sesgos respecto a las barreras físicas y técnicas. Empresas como Arsemet, Industrias Guidi y FIAT rediseñaron tareas operativas mediante celdas robotizadas y sistemas automatizados, favoreciendo entornos más diversos e inclusivos en sus plantas.
- Diseño e implementación de algoritmos con auditoría de sesgos, especialmente en procesos de reclutamiento, promoción y evaluación del desempeño, minimizando prácticas discriminatorias automatizadas. Este enfoque fue adoptado por Biosidus, que utiliza una plataforma digital integral para garantizar decisiones objetivas y transparentes en sus procesos de selección.
- Programas de mentoría, formación y desarrollo profesional, promoviendo el acceso inclusivo a áreas de innovación, digitalización y toma de decisiones. Iniciativas como She Leads (Globant), Stronger Together (Holcim) y One Digital Platform (Volkswagen) fortalecen el desarrollo profesional, la inclusión y la diversidad.
- Uso de tecnologías para promover liderazgo inclusivo y políticas de conciliación trabajo–vida personal: herramientas digitales habilitan esquemas de trabajo flexible y licencias adaptadas, como la política “Soft Landing” de Holcim, que permite una reincorporación gradual tras la maternidad o el modelo híbrido de Fiat, que consiste en liderazgos regionales sin reubicación, ampliando oportunidades profesionales y favoreciendo la inclusión.
- Inclusión y accesibilidad digital: la tecnología actúa como habilitadora de inclusión, permitiendo el acceso a sistemas antes inaccesibles. Con su programa UnlimITed, Globant impulsa la inclusión de personas con discapacidad y desarrolla soluciones como MagnifAI, que mejora la accesibilidad digital mediante IA.
- Desarrollo de IA ética y equitativa: Microsoft lidera con herramientas como Fairlearn y el Responsible AI Toolbox, que permiten mitigar sesgos algorítmicos, evaluar el impacto de la IA en diferentes grupos y garantizar sistemas más justos y transparentes.
Estas experiencias destacan que la inclusión no debe ser un complemento, sino un eje estratégico de la innovación. Las empresas que integran la diversidad en sus procesos de transformación digital no solo fortalecen su cultura organizacional, sino que mejoran su competitividad y capacidad de adaptación en un mercado cambiante.
Recomendaciones y mirada al futuro
Para que la tecnología sea una verdadera aliada de la diversidad, es necesario avanzar hacia una transformación cultural que acompañe la digital. Esto implica:
- Diseñar proyectos de transformación digital con enfoque de género y diversidad desde el inicio y en la conformación de los equipos de trabajo, asegurando que las decisiones, herramientas y soluciones contemplen las diferentes experiencias, necesidades y barreras que enfrentan mujeres y otros grupos subrepresentados.
- Fortalecer las redes de apoyo y formación técnica para impulsar la diversidad a través de la transformación digital: promover programas de mentoreo, redes de colaboración y capacitación tecnológica, potenciados por herramientas digitales y diseñados con un enfoque inclusivo, diverso y de acceso equitativo.
- Promover el acceso de mujeres y diversidades a roles de liderazgo en áreas técnicas y estratégicas, junto con políticas de conciliación laboral-personal, es clave para una transformación digital verdaderamente equitativa.
- Utilizar la IA de manera ética y responsable: asegurando que los algoritmos no perpetúen sesgos y contribuyan a una toma de decisiones justa.
La transformación digital sin inclusión puede profundizar las desigualdades existentes, pero con enfoque de género, diversidad y estrategias claras, puede ser un motor real de equidad, innovación y desarrollo sostenible.
En definitiva, no se trata solo de adoptar nuevas tecnologías, sino de transformar la manera en que concebimos el talento, el liderazgo, el valor de la diversidad, hasta cómo se diseñan los procesos tecnológicos. La digitalización, en este sentido, no es neutral: su impacto dependerá de cómo decidamos aplicarla. Convertirla en una aliada para la diversidad exige voluntad institucional, inversión sostenida y una visión compartida de futuro que impulse el diseño de políticas, procesos y culturas organizacionales inclusivas.
El informe “Transformación digital inclusiva y diversa: aprendizajes y buenas prácticas en Argentina” (2025) fue desarrollado conjuntamente por la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Oficina de Actividades para los Empleadores de la OIT (ILO Bureau for Employers’ Activities – ACT/EMP), en el marco de una coordinación técnica especializada liderada por Valentina Waisman. Accedé al informe aquí.