“Nombralo. Es odio”: una campaña para ponerle nombre a la violencia y defender la democracia

Por Lucas Fauno

Organizaciones sociales y de derechos humanos se unen para poner un freno a los discursos de odio en Argentina. A través de una campaña nacional, convocan a toda la sociedad a participar de acciones que defiendan la igualdad, los derechos humanos y los consensos democráticos.

Impulsada por Zona Igualdad, Conectando Derechos y Derechos Humanos y Diversidad, la campaña propone frenar la naturalización de los discursos de odio en Argentina y construir una respuesta colectiva. Mientras se suman las adhesiones, están preparando una intervención colectiva en la Marcha del Orgullo: crear una bandera arcoíris enorme con personas. Todas las personas. Porque esta campaña no es solo LGBT+, es una convocatoria urgente para todas, todos y todes quienes se comprometan con frenar el odio.

Un discurso de odio no es solo una frase, un dicho o un comentario en redes sociales. Son instigaciones que se traducen en acciones tangibles: agresiones, ataques, vulneraciones de derechos y una erosión del sistema democrático, no solo de un país sino de toda la sociedad.

“Nombralo. Es odio” es una campaña de comunicación y acción colectiva. Su propuesta invita a todas las personas a ser parte de este grito que busca frenar el odio y defender los consensos democráticos. La acción principal es recolectar firmas para exigir a legisladores y demás personas del arco político nacional que actúen con urgencia.

Denisse Yanil Cufré de Conectando Derechos explica más sobre el objetivo de esas firmas: “Es un petitorio que se dirige especialmente a las nuevas autoridades legislativas y que busca como nuevos integrantes de la representación popular un compromiso en contra del discurso de odio”, sostiene.

El odio empieza con la deshumanización. Cuando alguien deja de ser visto como persona, se habilita todo lo demás”, explica Marian Spagnuolo, coordinador general y político de Zona Igualdad, refiriéndose a cómo las descalificaciones se esparcen en nuestro cotidiano.

Los ataques relacionados al odio hacia las identidades van en aumento. Las cifras del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT+ revelan un incremento del 70 % de los ataques a personas LGBT+ entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2025. Pero basta con mirar redes y medios para comprender que la violencia no deja de crecer, y que parte estructural de ésta son los mensajes que la constituyen.

“Cuando el discurso de odio no solo circula en redes o en la calle, sino que viene desde quienes ostentan el poder estatal, deja de ser una opinión: se vuelve peligroso”, explica Spagnuolo. Por eso la campaña busca incidir sociopolíticamente, exigiendo el compromiso de la política nacional y sus actores en todos los niveles.

Cuidar la democracia no es fomentar la censura

En ese sentido, Mariano Ruiz, presidente de la Asociación Civil Derechos Humanos y Diversidad, resalta que “si el odio se deja pasar, se legitima”. Según Naciones Unidas, estos discursos no son solo formas de expresión: incluyen imágenes, memes, objetos, gestos y símbolos, y pueden difundirse tanto en Internet como fuera de él.

Cada vez que se invoca este debate aparece el fantasma de la censura, pero quienes llevan adelante esta campaña tienen muy en claro varios puntos que los diferencian: “El desacuerdo es parte de la democracia. Pero cuando se construye al otro como enemigo a exterminar, ya no hay debate posible”, explica Spagnuolo, refutando cualquier posibilidad de negar otras voces y apostando a pensar los intercambios con respeto y calidad.

El objetivo de esta movida es claro: reinstalar la defensa de la igualdad y los derechos humanos en el debate público.

No es un tema LGBT+, es de toda la sociedad

“Hoy podés no sentirte afectado, pero mañana sí. Nadie está exento de ser víctima del odio”, dice Ruiz. La variedad de voces es eje central en “Nombralo. Es odio”. La invitación está abierta a todos los colectivos sociales, porque -como dice Ruiz- este tema no deja a nadie exento.

Esta es una campaña transversal y abierta, no exclusiva del activismo por la diversidad sexual. Por eso invita a organizaciones sociales, culturales, sindicales, educativas, empresariales y ciudadanas, buscando construir una red amplia que desarrolle herramientas sociopolíticas para ponerle un límite al odio.

“No es un tema de formas ni de opiniones: es odio y es violencia. Necesitamos que todas las organizaciones y espacios institucionales se pronuncien”, dice Spagnuolo.

Por eso la convocatoria no solo es para firmar, difundir y sumar voces y puntos de vista, sino también para ser parte de la inmensa bandera arcoíris humana que se armará en la Marcha del Orgullo de Ciudad de Buenos Aires el 1° de noviembre de este año. Ese día, cada persona que se sume previamente recibirá una remera de la campaña con un color para sumarse a su franja y ser parte de esta acción.

Del norte al sur, una misma voz contra el odio

El día 17 de septiembre las organizaciones creadoras de la campaña realizaron el lanzamiento en la Embajada de Canadá, donde se acercaron activistas, organizaciones de la sociedad civil y representantes de embajadas como las de Brasil y México. “Invitamos a que formen parte de ella desde diferentes sectores, otras organizaciones LGBT, organizaciones feministas, de derechos humanos, ambientalistas, pueblos indígenas, universidades, del sector privado, de sindicatos y de todo tipo de instituciones en realidad, porque entendemos que beneficia a la sociedad entera el vivir una vida libre de violencia”, amplía Cufré.

Para Bruno Bazán, activista en derechos humanos de Tucumán, sumarse a esta propuesta es “muy importante porque unifica las voces, genera visibilidad y, aunque sea de modo digital, nos une a quienes estamos en el norte, en el sur del país, con quienes están en el centro”. Bazán, quien recientemente proyectó su documental ‘Mariquitas’ en Ciudad de Buenos Aires, explica que “es muy fuerte que el Estado Nacional, en el caso de Argentina, en la voz del presidente, estigmatice, discrimine, violente”. Por eso destaca la importancia de unirse a reclamar a ese mismo Estado y con la presencia de toda la sociedad, una respuesta.

‘Nombralo, es odio’ ya tiene disponible en la plataforma All Out un sitio donde dejar tu firma. También se invitan a las organizaciones y espacios para adherir en este formulario.  Mientras tanto en la web de la campaña y redes sociales de les organizadores informarán las acciones y cómo participar en la creación de la bandera en la Marcha del Orgullo de Ciudad de Buenos Aires.