Desigualdades persistentes: ONU Mujeres presentó el Perfil de País Argentina 2024
A través de un análisis estratégico basado en datos y con una mirada interseccional, ONU Mujeres presentó el Perfil de País Argentina 2024, un informe que visibiliza las desigualdades estructurales entre mujeres y varones en distintas dimensiones de la vida social, económica y política. La publicación busca impulsar políticas públicas con perspectiva de género y generar insumos clave para el trabajo de gobiernos, sociedad civil, sector privado, organismos internacionales y el movimiento feminista.
El documento consolida información cuantitativa y cualitativa y destaca las brechas existentes en materia de cuidados, acceso al trabajo, pobreza, violencia y desigualdad educativa. Entre los hallazgos, se destacan los siguientes:

Cuidar cuesta (y sigue siendo invisible)
La Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT 2021) revela que las mujeres dedican casi el doble de horas por día (6:31) a tareas de cuidado no remuneradas que los varones (3:40). Al considerar el total de trabajo remunerado y no remunerado, las mujeres terminan trabajando más horas por día (9:20) que los hombres (8:38).
La carga de cuidados comienza temprano: casi siete de cada diez adolescentes de entre 15 y 17 años realizan trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Pero esa cifra es aún mayor entre las mujeres adolescentes (78%), frente al 54% de los varones.
En los barrios populares, la inequidad se acentúa. Las mujeres dedican en promedio más de 12 horas diarias a tareas no remuneradas, incluyendo trabajo comunitario en comedores o merenderos. La falta de recursos para tercerizar estas responsabilidades amplifica la desigualdad.
Un dato contundente: según los cálculos de la Dirección de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía de la Nación, el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado representó el 16,8% del PBI en 2022, siendo el sector que más aporta a la economía del país, por encima del comercio y la industria. Aun así, más de la mitad de las madres no recibe la cuota alimentaria cuando el padre no habita en el hogar, y ese número se eleva al 68% cuando se considera la falta de cumplimiento regular.
Un mercado laboral atravesado por brechas de género
Las brechas laborales siguen marcando la participación de las mujeres en el mercado de trabajo. La informalidad afecta especialmente a las asalariadas: muchas no cuentan con aportes jubilatorios, lo que compromete su presente y futuro. A esto se suma la penalización por maternidad, que implica menores ingresos y jornadas laborales más cortas en comparación con sus pares varones.
La segregación horizontal también es un obstáculo. En sectores feminizados como los servicios de atención a personas mayores (88% mujeres), el salario promedio es nueve veces menor que en la industria hidrocarburífera, donde las mujeres representan apenas el 22%. En esta línea, aunque las mujeres son mayoría en las universidades, su presencia en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) representa apenas el 34% del estudiantado.
En cuanto a la segregación vertical, los varones ocupan el 8,5% de los cargos jerárquicos y directivos, mientras que solo el 5,4% de las mujeres acceden a esas posiciones. Además, el trabajo en casas particulares —que emplea al 15% de las trabajadoras— registra un altísimo nivel de informalidad (75,6%).
Techos de cristal y subrepresentación de mujeres en espacios de tomas de decisión
El informe también analiza la participación de las mujeres en espacios de toma de decisión, una dimensión clave para alcanzar una igualdad sustantiva. A pesar de algunos avances normativos, persisten obstáculos que limitan la paridad real. Entre ellos, se destacan la falta de mecanismos de reemplazo en algunas normativas y el diseño de los sistemas electorales provinciales, como las circunscripciones uninominales que suelen beneficiar a listas encabezadas por varones y partidos mayoritarios.
En el ámbito del Poder Judicial, los techos de cristal se hacen evidentes: si bien las mujeres representan el 57% del total del personal del sistema de justicia, su presencia disminuye notablemente en los cargos jerárquicos. Solo el 29% ocupa puestos de máxima autoridad (como ministras, procuradoras o defensoras generales), mientras que el 46% alcanza rangos como magistradas, fiscales o procuradoras.
En el plano ejecutivo, la desigualdad también se manifiesta. Ninguna mujer fue electa gobernadora en las elecciones de 2023, aunque sí se registró un incremento en el número de vicegobernadoras, que pasó de dos a once. A nivel municipal, la presencia de intendentas sigue siendo baja: en el período 2023-2027, solo el 15% de los gobiernos locales están encabezados por mujeres, sin que ninguna provincia supere el tercio.