El futuro del trabajo incluye el cuidado: políticas empresarias que promueven la equidad

Por Silvina Alonso

A medida que la demanda de cuidados crece a nivel global, las empresas pueden adoptar estrategias para apoyar a sus equipos y favorecer la distribución equitativa de tareas. Las experiencias de “Empresas que cuidan”, de Unicef Argentina en alianza con el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, y del programa “Cuidar cuidando” de Arredo.

Hacia 2030, el número de personas receptoras de cuidados ascenderá a 2300 millones en todo el mundo: habrá 100 millones más de personas mayores y 100 millones más de niñas y niños, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La cuestión del cuidado se vuelve cada vez más central en el debate social y varias empresas ya implementan prácticas innovadoras para apoyar a sus colaboradores en su rol de madres, padres, cuidadoras y cuidadores. Mientras, organizaciones internacionales siguen advirtiendo sobre la brecha de género en la distribución de las tareas de cuidado, recomiendan políticas públicas y capacitan al sector privado sobre acciones que ayuden a promover este derecho.

En ese sentido, Unicef Argentina lleva adelante desde 2017 la iniciativa Empresas que cuidan, que responde a uno de los actores claves del diamante del cuidado que es el mercado.

“Es un desafío gigantesco por la composición del sector privado argentino, donde más del 95% son pymes, y ahí se encuentra el desafío para lograr un cambio a gran escala. Dentro de ‘Empresas que cuidan’ focalizamos según la diversidad de actores, en el tipo de productos y herramientas que generamos”, explica Mercedes Eisele, oficial en Derechos de NNyA y Empresas de Unicef, y destaca que, junto con la cooperación del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), desarrollaron una plataforma digital donde las empresas pueden hacer un autodiagnóstico sobre sus políticas de cuidado y tener un plan de mejora continua que, de acuerdo a sus especificidades, pueden realizar a nivel corporativo.

El interés en la problemática va creciendo: más de 1000 empresas participaron durante 2024 de un ciclo de capacitación que abordó nociones básicas sobre políticas de cuidado; infraestructura y espacios de cuidados, lactancia, crianza respetuosa y efectiva implementación; y desde años previos trabajan con otras 4000 empresas.

Además, la pandemia significó un avance importante: “Fue una crisis espantosa pero una oportunidad de posicionamiento del tema porque las empresas entendieron que si no consideraban el aspecto del bienestar de sus empleados y empleadas el negocio perdía sostenibilidad”, subraya Eisele. Y agrega: “Siempre sostuvimos la noción de que las empresas tienen que invertir en cuidado y no considerar esto como un costo, porque el retorno que tienen en la inversión en cuidados es enorme. Es su público interno, su principal generador de ganancias, de desarrollo”.

Prácticas que cuidan y son buenas para el negocio

El nivel de conciencia sobre la importancia de las políticas de cuidados es uno de los cambios más sustanciales que se evidencian en el sector empresarial. La ampliación de las licencias parentales, espacios de cuidado (por ejemplo, lactarios), uso de narrativas que reconocen las nuevas conformaciones familiares (por ejemplo cuidador primario/secundario o personas gestantes y no gestantes) son algunas de las innovaciones de los últimos años.

Eisele considera, además, que es “enorme” el aporte que las empresas pueden hacer para promover la corresponsabilidad y ayudar a revertir la fuerte disparidad de género que existe en la materia (las mujeres dedican 3,2 veces más tiempo que los hombres en tareas de cuidados según la OIT). Extender la licencia por paternidad, otorgar reducción horaria y permitir el teletrabajo son algunas de las prácticas posibles.

También es importante reconocer las necesidades de cuidado de adultos mayores con políticas adecuadas e impulsar nuevas agendas en el relacionamiento estratégico de las empresas con su cadena de valor que incluya temas relacionados a la agenda de género y corresponsabilidad.

Según sintetiza Eisele, invertir en políticas de cuidados reduce la tasa de ausentismo, baja la rotación de personal (y los costos de capacitación de nuevos empleados), fortalece la fidelización de colaboradores y mejora la productividad. “Responder a las necesidades de cuidado es una responsabilidad de las empresas y un aporte sustancial al desarrollo sostenible. Es bueno para los negocios, para las mujeres, para los niños y niñas y para las sociedades”.

La mirada integral de Arredo

En 2022, el equipo de Sustentabilidad, Diversidad e Inclusión de Arredo comenzó un periodo de reflexión respecto de las prácticas y necesidades de cuidado de sus colaboradores y colaboradoras. “Si bien ya teníamos políticas de cuidado, las licencias por nacimiento no eran equitativas entre géneros y no se contemplaba la diversidad de composiciones familiares que forman parte de Arredo. Tampoco contábamos con herramientas para quienes atraviesan distintos momentos difíciles, tales como la enfermedad de un ser querido. Es por eso que nos propusimos como objetivo desarrollar una política integral que brinde tiempo y herramientas para garantizar el derecho al cuidado de las personas que trabajan en la empresa y sus familias, desde una perspectiva diversa e inclusiva”, relatan a Diversa Noticias. 

El resultado fue el lanzamiento del programa Cuidar Cuidando que, a partir del “compromiso de accionistas y directivos de la empresa”, incluye 180 días de licencia por nacimiento y adopción, para personas gestantes y no gestantes, sin distinción de género; una hora extra diaria para acompañar la lactancia o alimentación durante el primer año, sin distinción de género; licencias para el cuidado de familiar con enfermedad, fallecimiento de seres queridos y pérdida gestacional; reintegro por gastos de cuidado de infancias; descuentos en fertilidad asistida y preservación de óvulos y charlas de concientización para todo el personal.

Además de contemplar la diversidad de composiciones familiares, Cuidar Cuidando busca una distribución más equitativa de las tareas de cuidado que históricamente recayeron en las mujeres. Desde Arredo recordaron que esa desigualdad reduce las posibilidades de formación, inserción y promoción laboral y disfrute del tiempo libre y por ese motivo se trabaja también en la sensibilización de las audiencias de la compañía para deconstruir roles y sesgos.

“El programa tuvo un gran recibimiento en nuestra Tribu y causó un impacto ampliamente positivo. En los 2 años que llevamos implementándolo, Cuidar Cuidando se transformó en un emblema de nuestra cultura organizacional y quienes lo utilizan se convierten en embajadores del programa, promoviendo el uso por parte de otras personas que trabajan en la compañía”, sostiene Fernanda Manuel, gerenta de Sustentabilidad, Diversidad e Inclusión de la compañía.

La idea es seguir innovando y mensualmente el equipo de la gerencia, junto con el área de Administración de Personal, analiza indicadores, revisa casos particulares, releva necesidades e identifica puntos de mejora para seguir adaptando el programa a las necesidades reales. “Sabemos que el cuidado, entendido como un derecho humano, abarca tres dimensiones: recibir cuidados, brindar cuidados y el autocuidado. Si bien contamos con una política que contempla ampliamente las necesidades de las personas cuidadoras, somos conscientes de que todavía tenemos el desafío de continuar innovando en estos tres aspectos”, afirman.

Y subrayan que “el cuidado es una responsabilidad social compartida que implica el compromiso de distintos actores, entre ellos, las empresas. Tenemos un rol fundamental a la hora de impulsar políticas de cuidados que promuevan la construcción de hogares equitativos, desde una perspectiva diversa e inclusiva”. “Nuestra experiencia nos permite afirmar que implementar políticas de cuidado con perspectiva DEI no solo es beneficioso para la cultura organizacional, sino que marca el camino hacia el desarrollo de sociedades más justas y equitativas” concluyen.