Trans-TI: inclusión del colectivo travesti-trans a través de la tecnología

Por Fernando Villalba

Trans-TI es una empresa que contrata a personas travesti-trans para desenvolverse en el testeo de software, auditorías de llamadas telefónicas y tareas administrativas. En diálogo con uno de sus fundadores, exploramos el rol de las herramientas digitales en la inclusión laboral de comunidades excluidas.

Daniel Coletti es cofundador, junto a Vanesa Perelló, de Trans-TI, una empresa de servicios cuya misión es reducir la brecha de desempleo de la comunidad travesti/trans a través de la tecnología. Ambos tenían en claro que querían impulsar una empresa de impacto social, pero ¿en qué dirección moverse? El cuestionamiento a la estructura patriarcal que plantó el Ni Una Menos a partir del 2015 les fue abriendo el camino y, “al enterarnos de las estadísticas de las condiciones de vida del colectivo travesti/trans, sentimos que era el lugar donde teníamos que empezar a trabajar”, contó Daniel.

“Llegamos a ser 26 personas” en el equipo, detalló, pero meses atrás no tuvieron otra opción más que recortar el personal para poder sostenerse en medio de la crisis socioeconómica actual. Hoy son 15 personas, a las que llegaron a través de las capacitaciones gratuitas que ofrecen y también por recepción de currículums.

Cómo la tecnología puede acortar las brechas

“Hay que entender que el conocimiento previo y la experiencia son la típica brecha que hace que los jóvenes no puedan incorporarse al mercado laboral”, expresó Daniel, “y en el colectivo eso pasa mucho, dada su vulnerabilidad que deriva en complicaciones en el acceso a la educación superior”. “Eso requiere cierta empatía, hay que tratar de trabajar sobre los potenciales, en lugar de las experiencias”, recomendó.

En ese sentido, Daniel considera que las herramientas digitales podrían funcionar como un camino rápido para “el ascenso social, la transformación de profesiones y acelerar procesos que actualmente son manuales”. Y es allí de donde parte la idea de Trans-TI; de tender puentes entre las capacitaciones sobre el manejo de la tecnología y abrir nuevos puestos de trabajo.

“En este mundo en el que queríamos incluir la mayor cantidad de gente posible, teníamos que encontrar algo que la gente del colectivo pudiera hacer en general”, y dado que en esa época todavía se trabajaba mucho con papel, “surgió la idea de ofrecer transcripciones a personas que necesitaran pasar esos datos a planillas”. Pero casi seis años más tarde, y con un modelo de negocios ya definido, la empresa se enfoca en brindar algunos servicios tales como “microtareas, fáciles de realizar, pero con mucho volumen, como lo es el aseguramiento de calidad. Se trata de hacer la escucha de llamadas telefónicas y determinar si en ese audio se produce algo que el cliente desea saber”. De ese modo se puede potenciar la calidad en el trabajo de operadores.

Por otro lado, también se dedican a entrenar gente en tecnologías más complejas: “Actualmente, estamos capacitando a gente para trabajar con CRM, un software de Salesforce que gestiona las relaciones con los clientes. También hacemos lo mismo con SAP, una empresa alemana, un sistema que tienen empresas muy grandes”. En ese aspecto, Trans-TI trabaja con “un universo de clientes muy diverso: tenemos algunas PyMEs, pero más que nada empresas grandes, porque en las más chicas las cosas se tienden a resolver de manera interna y no tercerizan”. Entre sus clientes destacan corporaciones como Google, Santander, Cargill y SoftGuard.

Buenas prácticas para tener en cuenta en el trato con personas trans

Daniel se refirió a la importancia de capacitarse internamente para trabajar con personas del colectivo o al momento de entrevistarles para un puesto.

“No asumir, preguntar si no se sabe, tratar de identificar los sesgos antes de que aparezcan y concentrarse en las capacidades y potenciales que tiene cada une” son consejos que consideró cruciales, además de tener siempre presentes las características específicas del colectivo en cuanto a la exclusión sistemática en educación, instituciones y empleo formal. “Las vulnerabilidades hace que no todos partamos desde el mismo lugar”, recordó.