Fuerza Mujeres: inclusión laboral con perspectiva de género y edad
Capacitaciones, comunidad y alianzas para transformar prejuicios y revalorizar trayectorias: Fuerza Mujeres ya lleva más de una década acompañando a mujeres en su regreso al mundo laboral.

Hace diez años, cuando los debates sobre género apenas comenzaban a ocupar espacio en la agenda pública, nació Fuerza Mujeres, una organización que hoy trabaja con mujeres de todo el país con el objetivo de la reinserción en el mundo laboral. “Fuerza Mujeres nació con la idea de acompañar a las mujeres que han quedado fuera del mercado de trabajo, sobre todo aquellas que se dedicaron al cuidado. Muchas de ellas, después de 5 o 6 años fuera, querían volver, pero ya habían perdido redes, actualización… y esto afectaba aún más dependiendo del nivel de formación” explica Betiana Velaz, directora de la organización.
La edad, combinada con la maternidad o el cuidado de personas mayores, aparece como uno de los principales factores de exclusión. “En Argentina más del 80% de las ofertas laborales están orientadas a menores de 45 años”, señala Velaz, y refuerza: “Hay una penalidad implícita. Cualquiera que haya estado unos años fuera del mercado genera una alarma para las empresas. Por eso trabajamos en que puedan comunicar y potenciar sus talentos. Muchas veces su currículum dice muy poco y no muestra lo valiosas que son”.
En este sentido, el desafío es doble: transformar la mirada del mercado y acompañar a las mujeres a cambiar su propia percepción. “Muchas veces, cuando una mujer dice ‘ya estoy grande, ya no me toma nadie’, está reproduciendo un auto-prejuicio. Ese auto-sesgo cultural es parte del trabajo que tenemos que hacer como sociedad”.
Programas para volver al ruedo: empleo, emprendimiento y comunidad

Las propuestas de Fuerza Mujeres son gratuitas, abiertas a mujeres de todo el país y se canalizan a través de dos programas principales. El primero es Acción por el Retorno al Empleo, orientado a mujeres que buscan reinsertarse en el mundo del trabajo. Allí se las acompaña con herramientas técnicas, digitales y emocionales. Se trabaja en la elaboración de un currículum potente, simulaciones de entrevistas, gestión emocional y hasta imagen personal. “Buscar trabajo es un trabajo en sí, y muy solitario. Muchas nos dicen: ‘mando, mando, y nadie me llama’. Es importante revisar si lo que están enviando comunica lo que realmente pueden aportar”, indica Velaz.
El segundo programa es Puerta Emprendedora, dirigido a mujeres que ya tienen una idea o emprendimiento en marcha y buscan profesionalizarlo. “Hablamos de gestión emocional, pero también de actitud emprendedora, de modelo de negocios, ingresos, costos, precios, aliados, impuestos. Es muy completo. Lo técnico tiene un lugar muy importante para nosotras”, explica.
Pero la propuesta no se agota en estos programas. Las mujeres que participan se suman a la comunidad de Fuerza Mujeres, que ya lleva más de una década y más de 1.500 mujeres acompañadas. Allí continúan accediendo a capacitaciones, becas de estudio, mentorías y alianzas con empresas, universidades y otras organizaciones.
Las empresas son aliadas fundamentales en la tarea de Fuerza Mujeres: “Nos brindan recursos, capacitaciones, acceso a conocimiento que sería muy difícil de conseguir si una mujer está sola, especialmente en zonas alejadas. Esa articulación es fundamental”, afirma Velaz. Además, la organización ofrece talleres de sensibilización en las compañías sobre género, edad y diversidad, e impulsa el voluntariado corporativo.

Desafíos del mercado laboral: romper prejuicios y abrir oportunidades
Según analiza Betiana, es necesario que las empresas revisen sus estructuras internas y promuevan condiciones reales de inclusión. “Hay un sistema que expulsa si la compañía no tiene políticas claras, o si no detecta el talento. A veces la expulsión es implícita, porque no existen las condiciones para conciliar la vida personal y laboral”.
Sin embargo, Velaz es crítica de los discursos simplistas: “No me gusta decir que todas las personas mayores tienen sabiduría o constancia. No es cierto. El valor no está en la edad, sino en las competencias. El punto es dejar de asumir que una persona no sirve por tener más de 40. Ni por eso, ni por ser mujer, ni por haber sido madre” sostiene.
Fuerza Mujeres propone un cambio de paradigma: mirar el talento sin filtros, con conciencia de que el mercado necesita ser más justo, diverso y realista frente a los desafíos demográficos actuales. Según observa Betiana, “En pocos años, va a haber más personas de 50 o 60 que niños naciendo. La baja en la natalidad y el envejecimiento poblacional nos obliga a repensar quiénes están quedando afuera y por qué”.
Además, recuerda que la discriminación por edad es una trampa a futuro: “El tema de la edad es una de las pocas discriminaciones que casi todos ejercemos, pero también vamos a vivirla, si tenemos el privilegio de envejecer. Las empresas tienen hoy la oportunidad de sentar bases para un futuro más justo. No se puede pensar en que una persona se jubila a los 60 si sabemos que 8 de cada 10 mujeres no podrán jubilarse por falta de aportes. Y además, porque la jubilación ya no garantiza una vida digna. Vamos a vivir más años, y con más deseos de desarrollarnos. No se nos acaba todo a los 50, a los 60, a los 70. Tenemos que pensarnos con proyectos de largo plazo” concluye.