“Un pie en la calle y un pie en el negocio”: MEP, organización ganadora del Premio FLOR a la Diversidad
Por Stephanie Simonetta

Mujeres en Publicidad (MEP) encontró en los Premios FLOR a la Diversidad no solo un reconocimiento, sino también un punto de inflexión. La distinción llegó como una confirmación de que una red autogestiva, nacida de un impulso colectivo y sostenida por el trabajo en comunidad, puede incidir de manera real en una industria que necesita cambiar desde adentro.

Para MEP, recibir este premio significó detener -aunque sea por un instante- el ritmo vertiginoso del hacer para mirar hacia atrás, ordenar, medir y valorar la magnitud del impacto construido. En esta conversación, Florencia Luque y Rocío Restaino -referentes del equipo directivo de la organización- reflexionan sobre la importancia del reconocimiento, el desafío de documentar y narrar su propio recorrido, y aquello que, según ellas, vio el jurado al elegirlas como una de las ganadoras en la categoría ONGs: una comunidad profesional que combina estrategia, creatividad y la convicción de que es posible transformar la industria para que sea más inclusiva. “Si nos damos las manos entre todas, no hay lugar al que no podamos llegar. Ese es nuestro poder”, destacan.

– ¿Qué significó para ustedes recibir el premio FLOR a la diversidad y qué impacto tuvo en la organización?
Florencia Luque:Para mí fue una mezcla entre sorpresa y confirmación de que estamos en el camino correcto. Siempre es lindo recibir un premio, siempre es gratificante. Sobre todo, en algo que se hace tan a pulmón como MEP, que es una ONG autogestiva.
Rocío Restaino: Lo que tiene MEP es que es una red autosustentada, en donde lo que prima es la gestión comunitaria de todo lo que hacemos y eso implica que todas las personas que conformamos MEP tengamos otros trabajos. Todos nuestros proyectos están movilizados, ideados, producidos, gestionados por la comunidad. Entonces, claro: cuando hay un premio tan importante y de una organización con tanta trayectoria, por un lado, es como que no podemos creerlo, y por el otro hay una sensación de confirmación, de decir “sí, es por acá”.

La propuesta de MEP es “vení a hacer” y nos detenemos poco a pensar en eso que hicimos. Lo que nos convoca de MEP es la estrategia del proyecto, del hacer, de lo que estamos queriendo producir. Tenemos poco ejercicio de pensar sobre eso, y creo que tiene que ver con la urgencia del tema que trabajamos. Lo que nos convoca es la transformación de la industria y del mundo a partir de la industria, entonces esa urgencia está en nuestro ADN.
La sensación es que necesitamos hacer cosas, producir material y no nos tomamos el tiempo de documentar todo lo que hacemos, de “ordenar la casa”. Eso es una falencia que tenemos, una práctica que tenemos que incorporar. MEP es un movimiento que nace de un impulso, de una necesidad urgente, entonces esto también es madurar y crecer. Para nosotras es un gran desafío poner orden y hacer números y la postulación del Premio FLOR nos desafió en ese sentido.
FL: Buscar métricas, personas impactadas, cuánta gente hubo en las capacitaciones fue un desafío enorme. Me pasó de rastrear en Google y enterarme ahí de actividades que no sabía que habían sucedido. Y ver que en ese hacer, muchas veces hay cosas que no se muestran. En ese sentido, un hito importante fue decir: esto no puede seguir pasando.
Por otro lado, creo que estos premios no solamente son un reconocimiento hacia adentro de la organización. También es la inspiración hacia afuera, mostrar lo posible: ¿en qué podemos incidir? ¿qué podemos hacer? ¿dónde podemos transformar?
– ¿Qué creen que fue lo que valoró el jurado a la hora de seleccionar a MEP como una de las organizaciones ganadoras?
RR: Creo que hay una contundencia en las tareas, las acciones, los proyectos, que es muy impactante. Y que además el caso estaba muy bien armado, porque somos especialistas en narrativa.
FL: Armamos un equipo que venía de la creatividad, de la estrategia, de la producción y decidimos contar de manera ordenada todo lo que hacemos, que es un montón. Y fue hacer valer esto que somos: profesionales de la comunicación. Pero también, como profesionales de la comunicación, sabemos que no todo es storytelling, ¿no? Es la contundencia de las acciones.
RR: Cuando creamos MEP, el planteo fue: “¿qué tipo de comunidad queremos ser?”. Y en aquel momento dijimos: “queremos hacer cambios desde adentro”. O sea, todas tenemos un trabajo, todas formamos parte de la industria. Cada una desde su lugar tiene la oportunidad de hacer una transformación, de incidir en diferentes aspectos en la gran cadena de construcción de marcas. Y esas son las aguas turbulentes en las que nos movemos: desde muy temprano entendimos que el rol que tiene MEP es tener un pie en la calle y un pie en el negocio. Nacimos en el feminismo y en la corporación. Y entendemos que todas formamos parte de la industria, que no estamos siendo críticas con algo que nos es ajeno, estamos teniendo una perspectiva crítica con algo que nos es propio.
Entonces sabemos por qué falla lo que falla, sabemos dónde están los problemas, dónde están las tensiones, sabemos por qué un CEO opina lo que opina, sabemos si en esa comunicación que pone a mujeres en bolsas hubo personas que levantaron la mano o no, y qué pasó. Tenemos información de primera mano, porque esas personas están en MEP. Todas las personas que forman parte de las organizaciones tienen no más de tres grados de separación con nuestra comunidad. Ese es nuestro poder. Si nos damos las manos entre todas, no hay lugar al que no podamos llegar. Y eso la industria lo ve.
FL: Ser una red nos ayuda un montón, porque en las diferentes miradas siempre hay alguien que enciende la mecha y alguien que direcciona el fuego.
– ¿Cómo fue presentarse por segunda vez al premio? ¿Que aprendieron en ese camino para compartir con otras organizaciones que quieran postularse?
FL: El año pasado cuando nos presentamos por primera vez nos dimos cuenta de que “en casa de herrero, cuchillo de palo”. No habíamos abordado MEP como lo hubiéramos hecho con nuestros clientes. Yo decía “nos llamamos Mujeres en Publicidad y no estamos a la altura…”
Pero más allá de nuestro know-how, para quienes quieran postularse, me parece importante poder contar la historia de manera tal que sea fácil de entender para quien no la conoce.
RR: Mostrar los resultados y el impacto también me parece muy importante. Y no solamente contar lo que hicimos, sino el cómo, el proceso. Contar esa perspectiva que solo tiene la gente que participó. Cada vez más las personas les delegan tareas estratégicas a las inteligencias artificiales, pero hay una mirada humana que me parece que puede ser muy importante a la hora de pensar la narrativa para un caso.
Y también aprovechar la oportunidad de presentarse a un premio de esta relevancia para frenar y hacer una retrospectiva: ¿qué hicimos hasta acá? ¿cómo lo hicimos? Y ponerle cabeza a la métrica y a la reflexión. Aprovechar el proceso de revisión como una instancia de aprendizaje. A las organizaciones nos cuesta porque muchas veces estamos en la diaria, en la urgencia. Pero es importante hacerle honor a ese trabajo. Postularse es una manera de honrar todo el esfuerzo.

