“La diversidad está en nuestro ADN”: CILSA, ganadora del Premio FLOR a la Diversidad
CILSA, una organización con más de cinco décadas de trayectoria en la promoción de la inclusión social de las personas con discapacidad, fue una de las ganadoras de la categoría ONGs de los Premios FLOR a la Diversidad 2025.
En diálogo con Diversa Noticias, Mariela Gerstein, coordinadora del área de Voluntariado, y Paula Rossi, coordinadora del Programa Nacional de Becas y Oportunidades, compartieron qué significó para CILSA recibir este premio, cómo fue el proceso de postulación y cuáles son los aprendizajes que dejan estos espacios que invitan a repensar la inclusión en todas sus dimensiones.

– ¿Qué significó para CILSA este premio y cómo impactó dentro de la organización?
Paula: Significa, por supuesto, ser reconocidos por todo el recorrido realizado. Recibir un premio siempre es una fuente de motivación, pero -sobre todo- en un año tan particular, seguir apostando por estrategias de diversidad y de inclusión tuvo algo extra, ya que tenemos que seguir aunando energía y fuerzas para seguir visibilizando e impulsando estos temas.
Y también fue muy gratificante compartirlo con otras organizaciones, con otros aliados: muchas de las personas que han sido nominadas trabajan con nosotros.
Mariela: También una siente la responsabilidad de representar un colectivo en estos tiempos desafiantes. Como persona con discapacidad siento que estos premios son un incentivo para todas las personas que estamos involucradas en la temática y queremos visibilizarla. El premio nos da esa posibilidad.
P: Y, además, legitimar la estrategia con el jurado prestigioso. Cuando nos animamos a presentarnos, dijimos “a lo mejor no estamos a la altura”. Pero en este camino uno va descubriendo un montón de cosas que logramos, y validarlas con la expertise del jurado nos da un impulso y un estímulo para seguir trabajando.
– ¿Qué creen que fue lo que valoró el jurado cuando los eligió? Porque más allá de lo que CILSA hace puertas para afuera, los Premios FLOR valoran mucho el trabajo en la gestión de la diversidad hacia dentro de las organizaciones.

P: Creo que el premio nos permitió volver sobre nosotros introspectivamente y poner en valor que en nuestro ADN está la diversidad. CILSA es una de las pocas organizaciones que se funda en el interior del país y que comienza a expandirse desde el interior del país hasta tener cobertura nacional. Eso ya la hace distinta. Y la componen, desde el inicio, personas con discapacidad motriz. Pero después con el correr de los años fue sumando otras condiciones de discapacidad, abarcando a todas, sumando perspectivas y otros desafíos.
Paula Rossi,
coordinadora del Programa Nacional de Becas y Oportunidades
Esto tiene que ver no solo con la interseccionalidad como herramienta de análisis, sino también como desafío: poder entender dónde están esos grupos subrepresentados, cómo trabajar por esos colectivos respetando su identidad y su valor.
Entonces, con la guía para aplicar al premio fuimos identificando cómo se componía nuestra organización: los colaboradores, los voluntarios. Ahí vimos no solo las personas con discapacidad, sino que también hay una amplia variedad etaria, que somos muchas mujeres que trabajamos en la organización… que al principio quienes lideraban la organización eran hombres y en estos últimos años escalaron mujeres a posiciones de liderazgo.
Nos dimos cuenta de que también trabajamos con personas que profesan distintas creencias, que provienen de distintos sectores sociales, porque justamente trabajamos por esa movilidad ascendente y uno de los mecanismos fue darle lugar a la contratación de personas que provienen de contextos más vulnerados. También tenemos muchos migrantes. El premio nos permitió medir. Entonces empezamos a ver ese mapa completo y toda la diversidad de nuestra organización.

M: En el voluntariado también hay un espíritu de crear un ambiente diverso, que es algo enriquecedor para todos. Están representadas distintas voces: tenemos voluntarios que son familiares de destinatarios que han recibido una beca, o un elemento ortopédico, y que a la vez quieren devolver de alguna manera la ayuda que recibieron. También tenemos voluntarios menores de 30 años, mayores de 45, mayormente son mujeres. También personas con discapacidad que quieren colaborar como voluntarias. Así que todo eso nutre hacia afuera y hacia dentro de la organización.
Mariela Gerstein,
coordinadora del área de Voluntariado
Muchas personas que son destinatarias quieren transformarse en voluntarios y colaborar con otros futuros destinatarios del programa, así que también hay como un movimiento, los roles no son tan estancos.
P: También podemos ver que hay un alto porcentaje de retención del recurso humano en la organización: todos tenemos muchísima antigüedad. Yo por ejemplo llevo casi 30 años.
Pero el tema es que esa alta retención hace que no ingresen tantos jóvenes, porque no hay rotación de personal. Entonces dijimos: hay que representar a las nuevas generaciones dentro de la organización y así fue también la puerta de entrada mediante el voluntariado. Para nosotros el voluntariado es una puerta para seguir gestionando esa diversidad.
– Si tuvieran que definir en pocas palabras el enfoque de diversidad y de inclusión de CILSA, ¿qué dirían?
P: Lo que hacemos, en pocas palabras, es promover convivencias. Tratamos de que toda experiencia sea significativa y que haya una convivencia inclusiva, donde cada uno puede ser respetado y valorado en su diversidad.
M: Y donde cada uno pueda ser quien es y sentirse libre.
P: Sí. Y uno no puede ser valorado en su diversidad si trabaja solo. La diversidad se pone en valor en los grupos de personas, en las acciones colectivas, entonces hay que promover esos espacios en los que personas con distintas identidades podamos escuchar, respetar.

– Hablemos sobre el proceso de postulación al premio: ¿cómo lo vivieron? Ya habían participado el año anterior, ¿no?
P: Sí, el año pasado nos presentamos y fuimos nominados. Cuando vimos las otras organizaciones nominadas supimos que iba a estar difícil, porque son organizaciones que conocemos y admiramos, como Mocha Celis, que ganó y estuvimos felices por ellos. Pero después dijimos: “¡estuvimos cerquita, vamos a intentarlo otra vez!”
Y el desafío ahí fue ver qué acciones nuevas teníamos y medirnos a nosotros mismos. Porque el ejercicio que te propone el formulario de aplicación es muy interesante. Es un recorrido de la mano de alguien que te lleva a ver a la organización desde un lugar que nunca te detuviste a pensar: te lleva a hacer números, a controlar cómo venís con el cumplimiento de los objetivos. Y nos permitió ver qué nos habíamos propuesto desde el año pasado y qué logramos y darle otra profundidad a la presentación.
Para mi fue un proceso súper interesante. Es largo, de mucha dedicación: intentar juntar archivos, pesquisar datos, procesarlos… pero la verdad es que uno encuentra prácticas, estrategias, acciones que no estaban vistas con este tamiz. Decir: “mirá, esto que nunca lo hubiéramos pensado en términos de gestión de diversidad, ahora sí lo estamos pensando de esta manera”. Gestión de equipos, flexibilidad horaria, regresos de licencias, tratamiento de colaboradores con hijos con discapacidad. Así que nos sirvió eso como un gran punto de aprendizaje y de reflexión.
– ¿Qué otros aprendizajes les dejó este proceso?
P: La importancia de la coherencia entre lo que decimos y hacemos, y de ser muy críticos con lo que hacemos. Y saber que hay cosas que se pueden gestionar para mañana y otras que van a tener que llevar un proceso, incluso de formación, de capacitación. Cada identidad requiere un abordaje, un expertise. Y nosotras tenemos fuerte la perspectiva de discapacidad, pero tenemos que seguir dándole profundidad y cruzándola con género, edad, procedencia económica y geográfica de manera interseccional.
Quizás uno de los aprendizajes sea decir: “Hicimos un montón, pero claro que hay que seguir”. El desafío de seguir alcanzando a más personas, pero a la vez reconociéndolas como únicas e irrepetibles.
– ¿Qué les recomendarían a otras organizaciones que quieran postularse al premio?
P: Que lo hagan. Que primero lo intenten, que lo tomen como un ejercicio. Si no llegan a finalizarlo, o no se animan a enviarlo, no importa. Ya intentar hacerlo, el recorrido, la lectura del formulario, es una gran ayuda, es toda una propuesta de aprendizaje.
M: Y también la oportunidad de encontrarse con otras personas valiosas, que también trabajan en lo mismo, que son aliados, apoyan, también es sentirse acompañado en este recorrido. Y de dar a conocer lo que se hace al interior, y no solo lo que se muestra hacia afuera.
P: Fundación Flor los puede asesorar, hay un espacio de consultas. Es un camino guiado. Es la oportunidad de que alguien te acompañe, mirando desde afuera tu práctica, y en eso hay un montón de evidencia que vas a ir identificando, y que después se va vinculando a las estrategias, que a lo mejor nacieron con ese propósito, pero a lo mejor no. Esto nos da la posibilidad de ir entrenándonos en esta gestión. Una guía para pensar, revisar y mejorar, porque creo que todos los que aplicamos a estas oportunidades, lo que queremos es seguir mejorando lo que hacemos. Así que, en ese sentido, es súper recomendable.

