La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires reconoció la labor de Señas de Comunicación

La Legislatura porteña declaró de Interés Social y de promoción de los derechos de las personas con discapacidad a Señas de Comunicación, por su trayectoria en el trabajo por la accesibilidad y la enseñanza de la Lengua de Señas Argentina (LSA).

Durante el reconocimiento, el legislador Claudio Romero destacó: “Señas de Comunicación es un espacio que hace algo que debería ser básico, pero que todavía no lo es: garantizar que todas las personas puedan comunicarse y ser entendidas”.

Por su parte, Romina Aza, presidenta de la organización, reflexionó: “Cuando me preguntan por qué llevo más de 20 años difundiendo y enseñando la lengua de señas, siempre respondo que en cada gesto, en cada seña, no solo encuentro la magia de la conexión humana, sino también la belleza de la diversidad. La lengua de señas cambia vidas y construye una sociedad más hermosa para todos”.

Aza también remarcó la potencia transformadora de esta lengua: “Se expresa con las manos, sí, pero también con el cuerpo entero, con las expresiones, con la mirada. Tiene el poder de construir puentes entre personas, conectando corazones y derribando barreras que a veces parecen infranqueables”.

Recordó además cómo la LSA estuvo presente en distintos ámbitos, incluso en los momentos más desafiantes: “Hoy recibe este reconocimiento de poder haberla llevado a empresas, hospitales, bancos, colegios, incluso en pandemia, cuando las manos fueron puentes que unieron distancias”.

En su discurso, subrayó que aprender la lengua de señas es un verdadero acto de inclusión: “Aprender esta lengua es mucho más que memorizar gestos, es abrir la puerta a un mundo de verdadera inclusión, accesibilidad y empatía. Es poder comunicarnos con quienes son extranjeros en su propia patria y reconocer que tienen tanto para decir como cualquiera de nosotros”.

Finalmente, Aza compartió historias que marcan la huella de estos 23 años de trabajo: “Una abuela que aprende señas para poder hablar con su nieto sordo, una médica que se emociona al poder comunicarle a su paciente que está embarazada, un policía que pudo ayudar a una persona sorda a llamar a la ambulancia y una maestra que integra a un niño hipoacúsico en el aula. Son historias simples, pero cada una encierra un cambio profundo, la posibilidad de encontrarnos. Sigamos construyendo juntos una sociedad donde la inclusión esté en nuestras manos”, remarcó.