Mujeres que inspiran en la construcción: Holcim distinguió a líderes que impulsan la equidad en el sector
Sandra del Valle Bulacio, fundadora de Mujeres con Oficios, fue la ganadora del premio “Mujeres que Inspiran en la construcción”, el reconocimiento de Holcim Argentina para mujeres destacadas en el sector.
Con el objetivo de impulsar el liderazgo y la equidad de género en la industria, Holcim entregó el reconocimiento “Mujeres que inspiran en la construcción”. La iniciativa forma parte de su programa ConstruActoras, una propuesta que invita a conversar sobre la presencia y valoración del lugar de las mujeres en el sector de la construcción. Sandra del Valle Bulacio, ganadora del premio, recibirá una formación valorada en USD 3500 aplicable a estudios nacionales o en países limítrofes, y tendrá acceso a eventos de networking, ferias, congresos y exposiciones para promover entornos más inclusivos.
Sandra, fundadora de Mujeres con Oficios -una organización que capacita y conecta a mujeres con oportunidades laborales en construcción- fue una de las cinco finalistas que están transformando la industria en una más equitativa con sus iniciativas y trayectoria, seleccionadas entre más de 300 postulaciones. Luego de una votación abierta al público con más de 3800 votos, las juradas referentes de ONU Argentina, Universidad Nacional de Córdoba, Cámara Argentina de la Construcción y de Holcim evaluaron a las finalistas y eligieron a Sandra por su labor en pos de la equidad de género en la industria.
Carolina Carvalho, coordinadora de Zoomadoras Mujeres que Construyen y creadora de la primera Certificación Universitaria en Construcción en seco para mujeres en Chaco, recibió una mención especial por el segundo lugar. Las otras finalistas fueron Andrea Fuks, arquitecta que lleva más de 15 años inspirando en la industria AEC y dando conferencias gratuitas en eventos de construcción para empoderar a mujeres jóvenes; María Sol Vazquez, referente en higiene y seguridad en construcción con 14 años de experiencia; y Cecilia Haydee del Prado, que trabajó como voluntaria en acercar a mujeres al mundo de la construcción, brindándoles conocimientos sobre presupuestos, uso de materiales y apoyo en su inserción laboral.
La historia de Sandra, la docente que transformó un posteo en Facebook en una red de mujeres constructoras
Sandra es profesora de Lengua y vive en San Francisco, provincia de Córdoba. Mujeres con Oficio, la asociación civil que fundó casi cinco años atrás, capacita de manera gratuita a mujeres en oficios que históricamente han estado dominados por hombres.
Todo comenzó con una simple búsqueda en redes sociales: necesitaba reparar un camastro de madera y preguntó si había algún carpintero para realizar la tarea. «Enseguida dije: ‘¿por qué no una carpintera?’ Entonces volví a hacer la publicación: ‘¿una mujer que me arregle un camastro de madera?'» recordó Sandra durante la premiación. Las respuestas recibidas superaron todas sus expectativas: «Respondieron más de 200 mujeres que decían ‘qué interesante’, ‘qué bueno, yo quiero aprender’, ‘yo sé hacer electricidad'».
Enseguida puso manos a la obra. Sin recursos iniciales, pero con mucha determinación, creó una organización para capacitar a mujeres mediante el trabajo en red y vincularlas con oportunidades laborales en el sector de la construcción. La iniciativa, que creció gracias a la articulación de esfuerzos con el sector público y privado, hoy trasciende las fronteras de San Francisco y genera impacto en diversas localidades del país.
“¿Por qué hago esto de manera voluntaria y gratuita? Yo pasé por situaciones de violencia de género. De esas situaciones se sale con el trabajo, con autonomía económica, con empoderamiento. El trabajo sana, salva y nos va a hacer libres” explicó Sandra, visiblemente emocionada.
El desafío de la equidad en el sector de la construcción
La entrega de premios también contó con un panel en el que participaron distintas referentes para analizar las dificultades que enfrentan las mujeres en la industria, así como posibles estrategias para afrontarlas. Ximena Díaz Alarco, CEO & Co Founder de Youniversal, compartió los resultados de la investigación que realizaron junto a Holcim, que evidencia la escasa presencia de mujeres en las obras, especialmente en roles que requieren formación especializada.
Según detalló, las principales barreras que enfrentan las mujeres son la falta de coordinación entre el Estado, los sindicatos y las empresas; la predominancia masculina en los sindicatos; así como los prejuicios persistentes. A pesar de esta situación, resaltó que el 70% de los encuestados reconoce la importancia de la inclusión de género, y el 50% destaca iniciativas en este ámbito.
Claudia Vitale, Jefa de Talento y Desarrollo en Holcim Argentina, explicó las dificultades con las que se encuentra la compañía para sumar más mujeres en puestos operativos y señaló la baja inscripción de mujeres en carreras técnicas, así como la discriminación que muchas veces enfrentan en su trayectoria académica. En ese sentido, comentó, resultó clave el rol activo que tomaron en Holcim para comenzar a revertir esta situación incorporando perspectiva de género tanto en las búsquedas laborales, como en programas de beneficios y la creación de espacios seguros.
María Gabriela Tomassoni, más conocida como “Mamá construye”, ganadora del hackaton Construactoras 2022, contó que, en su experiencia, las mujeres suelen iniciarse en la construcción con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida y las de sus familias, pero que a medida que ganan experiencia y se capacitan, descubren que este tipo de trabajos les ofrecen una mayor independencia económica.
Por su parte, Georgina Sticco, Directora y Co-fundadora en Grow Género y Trabajo, destacó cómo todas las historias de las participantes fueron colectivas y estuvieron atravesadas por las redes y el apoyo de otras mujeres. En su análisis sobre la escasa presencia de mujeres en el sector de la construcción, vinculó esta problemática a barreras culturales y estereotipos arraigados desde la niñez: «Si habilitamos un cambio, ese cambio va a suceder. Pero si nos cerramos a ese cambio, no sucederá más. Si estamos en un momento donde la ESI, que es una ley nacional que promueve derrumbar los estereotipos de género en todos los niveles educativos, y no se aplica, no vamos a tener nuevas generaciones que tengan ganas de probar otras cosas», explicó y luego reflexionó: «¿Estamos permitiéndoles a niñas de 4, 5 años ensuciarse, tirarse al barro, armar con las cosas, o estamos poniéndoles límites? Si estamos poniéndole límites en esa edad tan temprana, ese límite se va construyendo en la postura identitaria: ‘Yo eso no puedo, eso no es para mí'».