Empleo Trans: el programa de la Mocha Celis que vincula talentos con empresas

Por Fernando Villalba

La Mocha Celis es una asociación civil que busca vencer las barreras estructurales que limitan y excluyen a la población travesti, trans y no binarie (TTNB). Lleva su nombre por una travesti tucumana, compañera de la mítica Lohana Berkins, asesinada por disparos de la policía en una situación aún no esclarecida. Como ella, son miles las travestis hoy expulsadas de sus hogares, del sistema educativo y el laboral.

Es a razón de esa falta que duele ‒pensemos en Tehuel de la Torre que desapareció buscando trabajo en 2021‒, que la Mocha aparece con su bachillerato y sus muchos otros programas que buscan articular entre sí para brindar una solución integral que encauce esas vidas que la sociedad no ha sabido abrazar.

Gaba Benítez (ella/elle), coordinadora del Programa de Empleo Trans de Mocha Celis, cuenta que el objetivo es promover el acceso al empleo para la población TTNB, y que trabajan acompañando a las personas comenzando por el armado de los CV si no los tienen. El paso siguiente es registrarles en la base de talentos “que luego vamos articulando con empresas o entidades estatales que necesiten contratar personas trans”. Luego, acompañan también ese proceso de inserción mediante capacitaciones para los equipos ya establecidos y que usualmente no tienen muchas herramientas en términos de género, diversidad e inclusión.

El circuito luego del primer contacto

“Primero, tenemos una reunión para entender en qué momento está la empresa y cuáles son sus expectativas del trabajo en conjunto. Ahí definimos si las primeras acciones son de capacitación o si la empresa ya tiene un cierto recorrido”, explica Gaba y detalla: “Vemos si entienden, por ejemplo, qué plantea nuestra Ley de Identidad de Género, cómo se deben presentar los nombres de las personas, aunque no hayan hecho el cambio registral”, y otras cuestiones del marco normativo.

Luego de acceder a las búsquedas activas, la Mocha las cruza con su base de datos ‒de más de 500 personas‒ y hacen una preselección. “Y entonces coordinamos la entrevista. Nosotres tenemos sede en Avenida Jujuy 748, en Balvanera, y damos la posibilidad de que les solicitantes puedan venir para tener la entrevista presencial. “Si es virtual, brindamos las computadoras”, acota, dado que no es inusual la falta de “conectividad en sus casas o herramientas tecnológicas”.

Si todo sale bien, si esa persona queda en la empresa u organización, sostienen el acompañamiento a lo largo de tres meses, durante el que trabajan con un equipo de psicólogas para “dar soporte a diferentes necesidades que puedan surgir”.

Esas necesidades son de una naturaleza muy amplia. Pueden presentarse situaciones donde la persona no tiene carga en la SUBE para viajar, ni la ropa adecuada para el lugar de trabajo, o puede que necesite asistencia para realizar trámites migratorios. Y la Mocha está ahí para surfear todas las olas. “También acompañamos ese cambio de pasar de una actividad informal a un empleo formal”, señala.

Resultados en empresas y organizaciones que acompañaron

“A partir de este año tuvimos que direccionar todo el trabajo al sector privado porque la Ley de Cupo Laboral TTNB en el Estado Nacional se frenó y hasta hubo muchas desvinculaciones y muchas personas que habían ingresado a trabajar por el cupo fueron despedidas”, cuenta Gaba, refiriéndose al más del 10% de personas trans que habían conseguido empleo formal gracias al marco normativo y que fueron echadas desde diciembre de 2023.

En ese sentido, muchos de los ingresos de este año se realizaron en Farmacity, Arredo, Natura y Carrefour, entre otros. Gaba también comentó que, el año pasado, ingresó gente en el Ministerio del Interior, el Ministerio de Justicia y hasta en la Universidad de Buenos Aires.

“Muchas de estas organizaciones lo reciben muy bien y se acercan a la Mocha como un espacio de referencia. Lo cierto es que todas están en lugares distintos. Hay empresas que ya vienen con protocolos específicos de transición o equipos de diversidad que lideran todas las estrategias, y hay otras a las que les cuesta un poco más dimensionar la importancia de generar oportunidades concretas”. Con esto, Gaba piensa en las pretensiones para los puestos de trabajo posibles dentro de una compañía, por ejemplo, “si buscan una licenciada en Marketing con seis años de experiencia, van a ser pocos los perfiles, por las condiciones que tiene la población”.

Habilidades hay un montón, pero para poder pensar en una carrera universitaria, se tiene que tener los derechos básicos garantizados. Entonces, es ahí donde tenemos que trabajar con las empresas, para identificar cuáles son los equipos que van a ser más receptivos, cuáles son los puestos o los requerimientos técnicos que pueden tener” describe la coordinadora.

¿A qué se debe el éxito de esta tarea? Mocha Celis tiene un diferencial respecto a otras consultoras, y es que conocen perfectamente a la población TTNB. Comprenden qué desean, cuáles son sus expectativas y cuáles sus barreras.

En palabras de Gaba, “no se puede pensar en terminar la secundaria si se tiene hambre o te falta un lugar digno donde vivir”. Precisamente, gracias a tener presentes las barreras históricas que coartaron las oportunidades del colectivo, la Mocha Celis piensa las inserciones laborales como una cadena de pasos necesarios y entrelazados entre sí, como un engranaje que sin una de sus piezas no funciona. Y la experiencia que nos comparte la coordinadora de Empleo Trans nos dice que las empresas también están empezando a entenderlo.