“Queremos derribar los estereotipos que dicen que el trabajo digital es solo para varones”
Por Rocío Cortina
Luján Netri es coordinadora del Club de Chicas Programadoras, una organización que fomenta la inclusión de chicas de 12 a 18 años en el mundo de la tecnología. Netri, de 19 años, estudia Ingeniería en informática en la Universidad de La Matanza y está comprometida con el empoderamiento femenino a través de la tecnología. “Hay muy pocas mujeres en roles técnicos y de liderazgo, y eso dificulta que las jóvenes encuentren modelos a seguir. Si esto no cambia, la brecha de género podría seguir aumentando”, advierte.
¿Cuáles son tus líneas de trabajo como coordinadora del Club de Chicas Programadoras?
Mi principal tarea es coordinar los clubes: comienzo con el proceso con la inscripción de chicas y mentores, luego con la autorización de los padres. Hago el seguimiento y la finalización del Club hasta la confección de los certificados para las chicas y los mentores. Este año también soy Embajadora de Technovation Girls, donde estoy a cargo de seis equipos de chicas de entre 13 y 15 años y mentores. El objetivo es participar en una competencia a nivel mundial, presentando proyectos de inteligencia Artificial y de aplicaciones móviles que abordan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Es la primera vez que Argentina participa en esta competencia y todos los equipos pudieron entregar sus proyectos exitosamente.
¿Por qué el trabajo en programación está asociado a las masculinidades?
Uno de los factores más importantes es que las habilidades técnicas siempre se asociaron más con los hombres que con las mujeres. Son estereotipos de género. Hay muy pocas mujeres en roles técnicos y de liderazgo, y eso dificulta que las jóvenes encuentren modelos a seguir. También hay poca participación de mujeres en carreras STEM (ciencias, tecnología, ingeniería, matemáticas), debido a la falta de apoyo desde temprana edad en los establecimientos educativos.
¿Qué tareas llevan adelante desde Club de Chicas Programadoras para cambiar esto?
A través de Clubes virtuales o presenciales de programación, nuestra misión es transmitirles a las chicas el entusiasmo en la ciencia y la tecnología mediante un ambiente lúdico, sin exámenes, sin trabajos prácticos. Y a la vez, buscamos fomentar lazos de amistad entre las chicas. Con esta iniciativa queremos derribar los estereotipos que dicen que el trabajo en el mundo digital es solo para varones y que por ser mujeres no podemos hacerlo.
Luego de hacer los clubes, ¿hay un puente con el mundo laboral entre las chicas de más edad, por ejemplo, pasantías?
No es la idea facilitarles la inserción laboral directamente, sino que ellas tengan las herramientas para hacerlo. Al participar de Technovation Girls, por ejemplo, incentivamos a las chicas a que se animen a más, con las herramientas que damos en los Clubes.
¿Cuáles crees que son los principales desafíos del sector IT con respecto a la DEI?
En mi opinión, el principal desafío que tiene la industria IT es la igualdad en el ámbito laboral. También la inclusión de mujeres y minorías en roles técnicos y liderazgo, como comentaba antes, para generar modelos a seguir. Y mejorar el apoyo educativo en las instituciones para fomentar una mayor participación de mujeres en carreras STEM desde temprana edad.
¿Cómo trabajan desde el Club con las empresas?
Tenemos alianzas con Telecom, Globant, Santander. También con municipios de distintas provincias, que con o sin financiación permiten la creación de clubes virtuales para chicas de todo el mundo que hablen en español. Por otro lado también las empresas y municipios nos prestan sus instalaciones y sus recursos para poder hacer clubes de manera presencial.
¿Qué recomendás a las compañías y empresas que quieran trabajar abriendo espacios en tecnología para las mujeres?
Una buena práctica sería en el área de sustentabilidad, que incorporen alianzas con organizaciones, como podría ser el Club de Chicas Programadoras, para incentivar a las chicas en temprana edad. Esto puede estar orientado no solo a los familiares de empleados, sino a toda la comunidad, mostrando en qué espacio pueden desarrollar sus habilidades adquiridas. También se pueden ofrecer pasantías laborales con mujeres que estudien carreras afines, ofreciendo charlas. Por ejemplo, en mi universidad, la UNLAM, participé en un programa de liderazgo auspiciado por varias empresas, como Tenaris. Las mujeres jóvenes se pueden incorporar a cualquier rol STEM.