Transición de género: cómo generar espacios de trabajo seguros y basados en el respeto
La experiencia de Traniela Carle Campolieto, primera pilota transgénero en Aerolíneas Argentinas. El protocolo de la Cervecería y Maltería Quilmes y sus ventajas, y la opinión de Valeria Paván, psicóloga de la CHA, quien asegura que aún hay que trabajar el acceso de las personas trans al mundo laboral.
Traniela Campolieto es la primera capitana trans de Aerolíneas Argentinas y su relato viene con una vuelta de tuerca: para su sorpresa, transicionar de adulta y en el entorno laboral, fue una experiencia positiva y amena. Según comenta, la identidad latente se sobrepuso al juego de la infancia y salió a la luz alrededor de los 30: “Ya no era un fetiche, ni un juego, ni un rato de distensión, sino que quería ocupar un lugar en la sociedad como mujer”.
Para suavizar el impacto entre sus seres queridos, Campolieto planeó la salida del clóset personalizada para cada uno. Traniela describe que lo que sintió entonces fue “una euforia de género, una experiencia parecida a estar enamorado o enamorada”.
Al momento de dar el aviso a la compañía se había tomado vacaciones y aprovechó para hacer los trámites en el registro civil: “Antes que la transición hormonal, decidí hacer el cambio registral, porque en el caso de los pilotos la documentación es importante. Todo tiene que tener el mismo nombre, como la licencia aeronáutica y el psicofísico que renovamos cada seis meses”, cuenta la pilota. Tanto su jefe de línea directo, como tripulación de cabina, azafatas y la parte gerencial la apoyaron y no perdieron el tiempo: para cuando volvió de las vacaciones, Traniela ya tenía la documentación y el uniforme listos. Dice que eso fue posible gracias al departamento de Género y Diversidad de la compañía, y todo se hizo en solo 48 horas.
“Por supuesto, hubo quienes necesitaron un proceso más largo de aceptación. Yo lo veo así: tener prejuicios respecto de la identidad de género y la orientación sexual es como tener un celular de los 90, de esos ladrillos que solo servían para hablar. Vas a comunicarte, pero hay un montón de funciones que te las perdés, es insistir con algo que ya está en desuso”, asegura.
Para ella, Aerolíneas Argentinas respeta la Ley de Identidad de Género: “Hacen que la persona se sienta súper cómoda y brindan todas las herramientas para que ante cualquier cosa te puedas contactar y solucionar lo que pasa”, lo que constituye un accionar fundamental para que las personas travesti-trans puedan desarrollarse en el ámbito laboral, en puestos para los que ya están perfectamente calificadas.
El protocolo: un recurso que garantiza derechos
La Cervecería y Maltería Quilmes es otra empresa que tiene un recorrido interesante en la temática. Bajo el pilar LGBTIQ+, crearon espacios de capacitación y sensibilización, y también acciones para favorecer la educación en diversidad sexoafectiva e identidades de género. Además, tejen alianzas con organizaciones como Contratá Trans o Mocha Celis, para que asesoren educando y concientizando a líderes y equipos.
En 2020 consideraron pertinente tener un Protocolo de actuación para los casos de transición de género: “Es una herramienta que guía e informa a quien va a transicionar, y un recurso funcional para activar los procesos internos necesarios y guiar el rol de acompañamiento de nuestros equipos”, explica Florencia Porcelli, directora de Gente para Cervecería y Maltería Quilmes.
El protocolo -elaborado junto a Adrián Barreiro, miembro del Comité asesor de R.E.D. de Empresas por la Diversidad de la Universidad Torcuato Di Tella- se pone en práctica a voluntad de la persona que transiciona.
“Además de apoyar en la transición, quienes rodean a la persona deben tener en cuenta el pronombre que usará en adelante, su nombre de elección, generar cambios registrales en los sistemas de la compañía, conversar con quienes desea comunicárselo internamente y acordar plazos para estas primeras acciones”, dice Porcelli.
El protocolo que utilizan en Quilmes también brinda 10 días libres con goce de sueldo para la persona que transiciona, junto a asistencia a través del Programa de Asistencia al Empleado gratuito con atención los 365 días del año para colaboradores y su familia a cargo de profesionales de distintas especialidades como psicología, contabilidad y nutrición.
La deuda: trabajar barreras de acceso al mundo laboral
En 2021 se sancionó la Ley 27.636 de Promoción del Acceso al Empleo Formal para personas Travestis, Transexuales y Transgénero, que establece un cupo mínimo de 1% de puestos del Estado Nacional para este colectivo. Valeria Paván, psicóloga, activista y coordinadora del Área de Salud de la CHA (Comunidad Homosexual Argentina), aporta un panorama actual acerca de la realidad laboral de la población trans.
“A dos años de sancionada la ley, el resultado es enormemente favorecedor, el último monitoreo dio alrededor de 1000 personas ingresadas, pero todavía vamos por la vida y no encontramos compañeres trans en los supermercados, oficinas, negocios”, expresa Paván.
La especialista festeja la iniciativa de las empresas donde se establecen protocolos para la transición de género, aunque también recuerda la necesidad de trabajar fuertemente las barreras en el acceso: “Del universo total de personas que acompañamos, muy pocas han tenido la oportunidad de acceder a una educación, carrera universitaria o de estar lo suficientemente formadas como para competir en los puestos donde estas empresas democráticas abren su posibilidad de ingresar”, menciona. Y agrega: “La realidad es que la mayoría de les compañeres, sobre todo las feminidades trans, nunca ha tenido la oportunidad de trabajar por los problemas propios de los lugares hacia donde les arrojamos como sociedad cuando pensamos que su único lugar posible es la prostitución”.
Consultada por las prácticas que podrían mejorar el acceso y permanencia de las personas trans en los espacios de trabajo, Paván menciona que lo primero es la necesidad de ampliar sus ofertas de búsquedas laborales. “No hace falta algo especial, sino las empresas piensan que tienen que tener un lugar o un trato particular: son personas que trabajan, tal vez tengamos que contemplar acompañarlas en la adaptación, cuando les ingresamos o al dar el alta en la obra social, porque la mayoría de ellas no ha tenido la oportunidad de acceder a un empleo formal en otro momento de su vida y puede ser una primera experiencia”.
Y concluye: “La verdadera herramienta que necesitamos es la democracia, ser personas lo suficientemente democráticas como para no juzgar la experiencia de vida de otras personas: se trata de respetar y escuchar.”