Los derechos humanos no se negocian
Por Leonardo Hernández, fundador y director editorial de Diversa Noticias
Escribo estas líneas desde una profunda inquietud y preocupación. Es un planteo que no pensé que tendría que hacer, pero las palabras del presidente Javier Milei en Davos, sumadas a ciertos discursos que resuenan cada vez con más fuerza en los últimos tiempos, nos interpelan como sociedad, como medio de comunicación, y nos obliga a la ciudadanía a detenernos sobre el impacto que estos mensajes tienen en los valores fundamentales que sostienen nuestra convivencia democrática.
Este tipo de discursos no son meras opiniones: perpetúan prejuicios y discriminación, hieren a quienes buscamos vivir en libertad y en igualdad, y violan los principios universales establecidos en las leyes y tratados internacionales que hemos adoptado a lo largo de los años. Es necesario que recordemos, una vez más, que los derechos humanos no son negociables: no pueden estar sujetos a cuestionamientos ni a debates.
En este contexto, la ciudadanía empresarial enfrenta un nuevo desafío: la autenticidad y la coherencia se convierten en el eje central para sostener la confianza y liderar con integridad ante un panorama tan polarizado. Abandonar el compromiso con la diversidad, la equidad y el respeto no solo debilita la cultura organizacional, sino que envía un mensaje peligroso sobre el rol que las empresas deben jugar en la construcción de una sociedad inclusiva.
No debemos olvidar que las empresas son actores sociales con un poder transformador. En un momento como éste, reafirmar el compromiso con culturas laborales inclusivas y respetuosas de los derechos humanos no es simplemente un acto ético: es una responsabilidad histórica que define el futuro que queremos construir. Que los retrocesos en la agenda no diluyan lo que hemos logrado durante estos años entre todos los actores. Desde las empresas, organizaciones y medios de comunicación debemos ser parte activa de un camino hacia una sociedad más respetuosa, equitativa y auténtica, asegurándonos de no dejar a nadie atrás.