La rentabilidad oculta de la igualdad de género

Por Gonzalo Giambruno, especialista en Estrategia DEI & ESG

En 2025, al conmemorar el 30 aniversario de la Declaración de Beijing, nos encontramos en un momento crítico para evaluar el progreso empresarial en materia de igualdad de género. Lo que comenzó como un plan mundial adoptado por 189 gobiernos se ha convertido en un imperativo económico que ningún directivo puede ignorar.

Como dijo la ex directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka: «El talento no tiene género, pero el sesgo sí. Como líderes empresariales, nuestra responsabilidad es eliminar las barreras que impiden a nuestra organización beneficiarse de todo el talento disponible.»

El argumento financiero irrefutable

Las cifras hablan por sí mismas.

Según McKinsey, eliminar las brechas de género podría añadir $12 billones al PIB global. Las empresas con diversidad de género en posiciones de liderazgo superan financieramente a sus competidores en un 25%.

Este no es un tema de reputación o responsabilidad social: es una ventaja competitiva. Las organizaciones que lideran en equidad de género disfrutan de resultados tangibles:

  • Desempeño financiero superior: 21% más de probabilidades de lograr rentabilidades por encima del promedio de su industria.
  • Retención de talento optimizada: Reducción de la rotación hasta en un 22%, generando ahorros de $5,000-$10,000 por empleado retenido.
  • Mayor innovación: Equipos con diversidad de género generan 19% más ingresos por innovación y mejoran los márgenes operativos en 9 puntos porcentuales.
  • Atracción de inversión: El 76% de los inversores institucionales consideran el desempeño en diversidad como factor clave para sus decisiones.

Los hombres aportando a catalizar el cambio

Para los hombres en posiciones de liderazgo, este aniversario representa una oportunidad para transformarse de espectadores a aliados activos. No se trata solo de apoyar retóricamente la igualdad, sino de implementar estrategias con impacto medible:

  1. Análisis financieros con perspectiva de género

Las empresas que incorporan esta metodología optimizan su asignación de recursos hasta en un 17%. Los presupuestos con enfoque de género generan un ROI de 2.4x comparado con enfoques tradicionales.

  • Políticas de conciliación equitativas

Según Equimundo, las licencias parentales igualitarias reducen los costos asociados a la pérdida de talento femenino en un 28%, aumentan la productividad hasta en un 15% y reducen el ausentismo en un 16%.

  • Cuotas y objetivos medibles

Empresas como Microsoft, Sodexo y Unilever, que establecieron metas concretas de diversidad ligadas a bonos ejecutivos, experimentaron mejoras de hasta un 8% en indicadores financieros y un aumento del 23% en la retención de talento femenino.

  • ¿Mentoría o eliminación de sesgos?

 Si bien los programas de mentoría cruzada donde ejecutivos seniors acompañan a mujeres con alto potencial han triplicado sus tasas de promoción, debemos preguntarnos: ¿es la mentoría lo que realmente necesitamos, o una eliminación sistemática de los sesgos estructurales que impiden el avance femenino?

La evidencia sugiere que cuando las organizaciones atacan directamente los sesgos en sus procesos de selección, evaluación y promoción, las mujeres avanzan naturalmente sin necesidad de «capacitación especial» o de ser «guiadas» por alguien más. ¿No estaremos, bajo la apariencia de ayuda, perpetuando la idea de que las mujeres necesitan ser «preparadas» para roles que ya están plenamente capacitadas para desempeñar?

  • Transformación cultural

Cuando los hombres actúan como aliados visibles, los incidentes de acoso sexual se reducen en un 34% y la satisfacción laboral de las mujeres aumenta en un 27%, impactando directamente en productividad y rotación.

De la teoría a la acción: un marco práctico

Para quienes buscan transformar estas ideas en acciones concretas, propongo cinco estrategias respaldadas por datos:

  1. Auditar y corregir brechas salariales

Por cada 10% de reducción en la brecha salarial, las empresas experimentan una mejora del 7% en el compromiso de los empleados y un aumento del 4% en la productividad.

  • Integrar KPIs de diversidad en tableros ejecutivos

Las empresas que incluyen estos indicadores junto a los financieros tradicionales tienen un 62% más de probabilidades de alcanzar sus objetivos de diversidad.

  • Evaluar el Retorno Social sobre la Inversión (SROI)

Las políticas inclusivas generan un SROI promedio de 3:1, con beneficios secundarios como mayor innovación, mejor toma de decisiones y reducción de riesgos legales.

  • Implementar programas de desarrollo con cuotas

Las empresas con estos programas experimentan un aumento del 34% en la diversidad de su pipeline de talento ejecutivo en solo tres años.

  • Adoptar programas formales de «Male Allyship»

Cuando los líderes masculinos se convierten en aliados activos, las mujeres tienen un 96% más de probabilidades de ser promovidas a puestos de liderazgo.

El SROI de la igualdad

El Retorno Social sobre la Inversión (SROI, por sus siglas en inglés) es una metodología que va más allá del análisis financiero tradicional, cuantificando el valor social, ambiental y económico generado por cada unidad monetaria invertida. A diferencia del ROI convencional, el SROI captura beneficios intangibles traduciéndolos a términos financieros.

En el contexto de la igualdad de género, este enfoque revela un panorama sorprendente: la inversión en programas de equidad genera un retorno promedio de $7 por cada $1 invertido.

Este cálculo contempla factores como la reducción en rotación de personal (ahorro directo en costos de contratación y capacitación), el incremento en productividad derivado de ambientes más inclusivos, y la apreciación del valor de marca que atrae tanto a consumidores como a inversores conscientes.

Si bien el «SDG Gender Index 2024» proyecta que, al ritmo actual, la igualdad de género total no se alcanzaría hasta el próximo siglo, cada iniciativa implementada por líderes visionarios acelera este proceso y multiplica los beneficios organizacionales. La evidencia es contundente: la igualdad de género no representa un gasto o una concesión ética, sino una inversión estratégica con retornos medibles, sistemáticos y sostenibles.

Una invitación al liderazgo transformador

A 30 años de Beijing, los avances son notables pero insuficientes. Como líderes empresariales, tenemos la responsabilidad y la oportunidad de acelerar este cambio.

No se trata solo de cumplir con cuotas o mejorar estadísticas, sino de transformar fundamentalmente cómo nuestras organizaciones valoran, desarrollan y aprovechan el talento humano en toda su diversidad.

La igualdad de género no es simplemente la decisión correcta desde una perspectiva ética; es la decisión inteligente desde una perspectiva empresarial. Los datos son contundentes: las empresas que lideran en esta área superan consistentemente a sus competidores en todos los indicadores que importan.

La pregunta ya no es si debemos avanzar hacia la igualdad, sino que cuán rápido podemos implementar las estrategias que nos permitirán cosechar sus beneficios.

El talento no tiene género. Las decisiones que tomamos como líderes, ¿pueden decir lo mismo?