Conectando la Agenda 2030 con la diversidad, equidad e Inclusión
Por Gonzalo Giambruno, Consultor en Sostenibilidad – DEI e Impacto Social
La Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) emergen como un pacto global por un futuro donde la inclusión y la diversidad se erigen como pilares fundamentales de muchos de los avances de la humanidad. Este marco no solo busca erradicar la pobreza y mitigar las desigualdades, sino que también celebra la diversidad como una fuerza motriz para innovaciones sustentables y soluciones equitativas a los desafíos que enfrenta nuestra sociedad global.
Al integrar los principios de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) en el centro de los ODS, abrimos un diálogo enriquecido que promueve un desarrollo verdaderamente holístico y resiliente. La inclusión de diversas perspectivas y experiencias es crucial para superar los complejos desafíos planteados por los ODS.
Centrándonos en las métricas
La Agenda 2030 se basa en cinco dimensiones fundamentales: personas, prosperidad, planeta, participación colectiva y paz. Ahora, posiblemente, cuando hablemos de DEI y su relación con los ODS, nos centremos en el pilar “personas” (ODS 1, 3, 4 y 5) focalizándonos en temas de género, educación, salud y vulnerabilidad social o cómo se mide en pobreza.
¿Pero qué pasa si tomamos un camino más largo y relacionamos la dimensión “prosperidad” (ODS 7, 8, 9, 10 y 11), que propone asegurar que todas las personas puedan disfrutar una vida próspera y plena en armonía con la naturaleza? Veamos algunos ejemplos:
ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico)
La meta 8.3 propone “promover políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades productivas, la creación de puestos de trabajo decentes, el emprendimiento, la creatividad y la innovación, y fomentar la formalización y el crecimiento de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, incluso mediante el acceso a servicios financieros”. Entonces, si trabajamos en el sector financiero: ¿además de créditos de consumo, tarjetas de crédito, qué nuevos productos y servicios ofrecemos con perspectiva de DEI a nuestras comunidades?
La meta 8.8 se focaliza en “proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y sin riesgos para todos los trabajadores, incluidos los trabajadores migrantes, en particular las mujeres migrantes y las personas con empleos precarios”. Podríamos preguntarnos: ¿cómo generamos inclusión en las poblaciones migrantes en nuestra cadena de suministro? ¿Ocupan los trabajos que las personas locales no quieren realizar? ¿En qué condiciones?
ODS 9 (Industria, innovación e infraestructuras)
La meta 9.1 habla de “desarrollar infraestructuras fiables, sostenibles, resilientes y de calidad, incluidas infraestructuras regionales y transfronterizas, para apoyar el desarrollo económico y el bienestar humano, con especial hincapié en el acceso equitativo y asequible para todas las personas”. ¿Garantizamos que las construcciones en las que nuestra organización participa, por ejemplo baños públicos, plaza de juegos o un centro comunitario, se haya diseñado con perspectiva de género? ¿Consideramos entre otras variables la cantidad de unidades de baños para mujeres que de hombres por el tiempo de oferta/demanda en un espacio público? ¿Definimos los juegos teniendo en cuenta infancias con discapacidades visibles o invisibles?
ODS 11 (Ciudades y comunidades sostenibles)
La meta 11.2 se centra en “proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles para todos y mejorar la seguridad vial, en particular mediante la ampliación del transporte público, prestando especial atención a las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad, las mujeres, los niños, las personas con discapacidad y las personas de edad”. En este sentido, ¿medimos y evaluamos la proporción de la población de nuestra organización que tiene fácil acceso al transporte público, desglosada por sexo, edad y personas con discapacidad?
Tener en cuenta la perspectiva DEI resulta fundamental para la concreción de la Agenda 2030, posicionando a las organizaciones como instituciones comprometidas en palabras y métricas para un futuro donde el bienestar y el progreso sean alcanzables para todos. Nos encaminamos hacia una sociedad que reconoce la interdependencia entre sostenibilidad e inclusión como la base para un bienestar duradero y un planeta saludable, donde la diversidad y la inclusión son reconocidas como fundamentales para nuestro desarrollo colectivo.