Según un estudio, 78% de las personas sintió acoso o discriminación en su trabajo por su apariencia física

Los datos surgen de una investigación realizada en 7 países de América Latina. Se trata de la encuesta “Como te ven, ¿te tratan?”, que muestra que los estándares estéticos y corporales son un condicionante en las interacciones sociales y profesionales.

La consultora Nodos realizó una encuesta sobre acoso y discriminación por apariencia física en el ámbito laboral en Argentina, Chile, Colombia, México, Panamá, Perú y Uruguay. A través de un cuestionario en línea, 740 personas respondieron sobre cómo impactaba este fenómeno en el trabajo.

Entre las personas encuestadas, 1 de cada 4 mujeres percibe haber vivido una situación de discriminación a causa de su cuerpo. Sin embargo, este número desciende a 1 de cada 10 en el caso de los varones. En este sentido, quienes perciben más altos niveles de discriminación son las mujeres, personas racializadas, personas con discapacidad y personas LGBTIQ+. En relación a estos últimos, la entrevista de trabajo es el momento en la vida laboral de personas trans y no binarias donde más situaciones de acoso y discriminación por su apariencia física han vivido.

“La discriminación por apariencia física, también conocida como aspectismo, es un fenómeno extendido que afecta a numerosas personas en diversos ámbitos, como el laboral, educativo y social”, explicó Arturo Mercado, director de Nodos, durante el evento de presentación de resultados. “Esta práctica se basa en prejuicios y estereotipos sobre cómo se deben ver las personas y se manifiesta en acciones y juicios de valor. Investigaciones y datos recientes muestran que la apariencia hegemónica condiciona las interacciones sociales y profesionales”, concluyó.

Otros datos a destacar son que las y los principales agentes de acoso son los líderes (56%) y colegas (47%) y que los principales motivos de discriminación son por vestimenta (38%) y peso (24%). Por último, en relación al impacto de estas vivencias en las personas, casi el 50% reporta estrés y ansiedad, el 21% ve reducida su productividad, y otro 21% ha renunciado.

Eduardo Otero, director asociado de Nodos, afirmó que “el acoso y la discriminación por apariencia física no sólo son frecuentes y tienen efectos en las personas que los sufren, sino que está tan naturalizados que poco se habla de ello, por eso es importante empezar a hacerlo”.

Durante la presentación se invitó a Lala Pasquinelli, Directora de Mujeres que no fueron tapa, y a Gisela Dohm, especialista en discriminación, acoso y violencias en el mundo laboral, a conversar sobre los hallazgos del estudio.

“La discriminación por apariencia física cristaliza todas las formas de discriminación y sesgos: racial, de género y de clase” explicó Pasquinelli y añadió: “A veces es difícil reconocer cuando somos víctimas de estas situaciones porque nuestras subjetividades también están colonizadas por estas ideas”. La especialista también reflexionó sobre el actual contexto que estamos viviendo: “En un momento donde desde las instituciones del Estado las personas con representación hacen del bullying una forma de ejercer el poder, esto se convierte en una pedagogía para todos los aspectos de la vida social” destacó.

Por su parte, Dohm señaló que es importante empezar a nombrar este tipo de discriminación ya que “muchas veces no está tan identificada porque forma parte de los sesgos de las organizaciones”. Asimismo, resaltó que estas situaciones implican “impacto para las personas en la salud mental y física. Y también hay varios impactos a nivel organizacional: distanciarse del paradigma de la diversidad, perder talento y miradas diferenciales, así como capacidad de innovación”.

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